5. Toda gran familia tiene su hogar: La Cueva
El Estadio Ricardo Saprissa no es simplemente la casa del equipo más ganador del país, es la casa de la familia más grande que se convirtió en La Cueva del Monstruo más imponente de la región.
La historia de nuestra Cueva habla de los valores del Saprissismo, desde su construcción hasta lo que representa. Es un fuerte, que cobra vida con el aliento de Los Saprissa y que en cada uno de los campeonatos del club es una piedra angular de la consecución de los mismos.
Entre 1955 y 1956 surgió la iniciativa de comprar un terreno para construir un propio estadio. Se buscó una propiedad con vías de comunicación fluidas a las principales provincias del país y que fuera de fácil acceso para los aficionados capitalinos.
El 3 de agosto de 1965, se firmó la escritura de compra por un cafetal en San Juan de Tibás que pertenecía a Lilly Quirós Carazo. Se compraron cinco manzanas cuadradas por la suma de ¢363 398. Un año después de la compra del terreno, el 12 de octubre de 1966, Ricardo Saprissa colocó la primera piedra.
El primer gol de un Saprissista en La Cueva del Monstruo fue conseguido por Eduardo “Flaco” Chavarría, que en una entrevista realizada en 2015 afirmó que “pensé que era un gol como todos, pero a los días siguientes ya me di cuenta que iba a trascender y ser historia en el estadio”.
Prácticamente hace 53 años, el 27 de agosto de 1972, se inauguró la casa más mítica de la región.