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Keylor Navas rememoró la emoción de la parada del penal ante Grecia

EL ARQUERO RECONOCIÓ QUE 'BLOQUEÓ' TODO

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En una conversación con el cantante venezolano Daniel Calveti, que es pública a través de las redes sociales, el arquero costarricense Keylor Navas rememoró uno de los momentos más definitivos de su carrera: la tanda de penales en el encuentro entre Costa Rica y Grecia de los octavos de final del Mundial de Brasil 2014.

En aquel entonces, Keylor Navas ya había iniciado su andadura profesional en Europa, pero, aunque jugaba en la liga española, militaba en un equipo modesto, el Levante, y pocos conocían de su existencia más allá de Costa Rica y España. Nada que ver con el jugador que es ahora, referente en el París Saint-Germain, uno de los clubes más poderosos del Planeta.

   

La selección de fútbol de Costa Rica sorprendió a propios y extraños en la ronda de grupos de la Copa Mundial de Brasil. Contra todo pronóstico, se impuso como primera en un grupo que compartía con Uruguay, Italia e Inglaterra, todos ellos países con al menos una Copa del Mundo en su haber.

Eran los octavos de final y el país tenía la oportunidad de conseguir su mejor resultado histórico. Los ticos se enfrentaban a Grecia, a priori, un equipo más asequible que los rivales de la fase de grupos, aunque tremendamente aguerrido. Costa Rica había conseguido marcar en el minuto 52 con un tanto de Ruiz, pero se hizo “la odisea” de los griegos, que empataron en el tiempo añadido. Se jugó la prórroga sin efecto y llegaron los temidos penales.

Entonces llegó ese momento que Navas describió a Calveti como “momentos donde todo se paraliza” en el que “uno bloquea todo, el momento pasa demasiado lento”. De hecho, ese bloqueo es de tal magnitud que, según el arquero, se tarda tiempo en asimilar qué es lo que ha sucedido. Se necesita un tiempo para que el bloqueo provocado por la emoción extrema de lo acontecido pase; luego “uno ve el chance de decir, pasó esto, analiza uno y lo disfruta más”.

El destino quiso que la Sele cayera en penales ante los Países Bajos en los cuartos de final, pero, aun así, lo sucedido aquel 29 de junio de 2014 quedará por siempre para la historia; la de Costa Rica y la de Keylor Navas.

Tras ese Mundial de Brasil, el de San Isidro pasó a jugar con el Real Madrid, y tras cinco temporadas, fichó con su actual equipo, el PSG. Fue desde París, en la pasada temporada, cuando Navas compartió más detalles sobre sus sensaciones cuando se enfrenta a la parada de un penal, una de sus especialidades.

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En declaraciones para PSG TV, Navas explicó que él -a diferencia de otros conocidos arqueros como el temido alemán Oliver Kahn- no trata de intimidar al adversario, sino que se entrega a la concentración y la confianza en sí mismo: “me digo a mí mismo que voy a detener el penalti”.

Navas admitió que la responsabilidad de los penales normalmente recae en quien los lanza, pero, aun así, y aunque algunos se centren más en provocar para que el lanzador falle, la mayoría de arqueros tienen sus propias fórmulas y rituales para intentar adivinar por dónde les van a tirar. Un ejemplo famoso, por la gran exposición que tuvo, fue el del “papelito” de Jens Lehmann en los penales del partido de semifinales entre Alemania y Argentina en el Mundial de 2006. Los alemanes, que jugaban en casa, fueron tremendamente metódicos -algo que les funcionó-, haciendo honor así al tópico que los acompaña como nación.

 

Este tipo de informaciones sobre el historial o los hábitos de los jugadores, un gesto o una mirada antes de actuar, un momento de duda, un movimiento sutil, etc., todo ello es lo que en poker se llamaría tells, un término que alude justo a esas informaciones corporales que ayudan a “leer” el juego del rival, tanto en los naipes como bajo los tres palos; además, curiosamente, en ambos casos las piernas tienen una especial relevancia. Esa capacidad para “leer” al rival viene dada por una mezcla de experiencia, intuición y trabajo, características que están en el ADN de Keylor Navas.

No por casualidad está considerado uno de los mejores arqueros del mundo, como se volvió a comprobar con su reciente nominación a mejor portero del mundo por la IFFHS. El problema, si se quiere entender como tal, es que también forma parte de los candidatos al premio su compañero de equipo, el italiano Gianluigi Donnarumma. Pocos clubes pueden permitirse el lujo de tener a dos de los mejores porteros del mundo en sus filas; de hecho, el PSG es el único que tiene dos candidatos en esta lista de la IFFHS. Una cuestión que empieza a plantear conflictos al técnico del club parisino, Mauricio Pochettino, quien insinuó en declaraciones recientes que podrían tener que prescindir de uno de los dos en un futuro.