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La reacción de la prensa internacional ante sorpresa tica en Copa América

Costa Rica dio la sorpresa en la primera jornada de la Copa América 2024 al igualar sin goles frente a Brasil. 

La escuadra de Gustavo Alfaro realizó un buen planteamiento defensivo y logró sumar un valioso punto. 

Así lo destacaron varios medios internacionales 

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DIARIO MARCA 

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Brasil empezó con el pie izquierdo esta Copa América 2024. La última gran favorita en debutar se pegó de frente contra un muro en su estreno en California ante una Costa Rica que protagonizó un tremendo papel de superviviente ante las embestidas de un rival falto de puntería y que, en condiciones normales, se habría ido de la batalla con dos o tres goles en la mochila.

Con ganas de dejar allanado el camino desde el inicio, la Seleçao empezó tan eléctrica y con la verticalidad por bandera que acabó degenerando en un manojo de nervios, protestas y golpetazos de frente ante el muro costarricense. Con Rodrygo ejerciendo una gran labor de falso 9 y Raphinha acaparando los focos desde la derecha, los chicos de Dorival llegaban y llegaban pero no había manera.

Los ticos tenían clarísimo el plan, tanto que renunciaron por completo a pisar la otra mitad del terreno de juego. Era jugársela, sí, pero no había otra fórmula para una selección renovada y sin apenas partidos de experiencia en grandes citas entre sus hombres. Sin embargo, la más clara de Brasil llegó a la media hora y fue a balón parado. Colgó Raphinha desde el costado izquierdo una falta, prolongó Rodrygo con el hombro y la empujó a gol Marquinhos en el segundo palo. Para su desgracia, y tras casi tres minutos de revisión en el VAR, la punta de su bota le delató y la tecnología dijo que aquello no era válido.

Así llegó al descanso la nueve veces campeona de América. Con Paquetá creciendo desde la sala de máquinas, con Raphinha y Rodrygo teniendo las mejores y con Vinicius desaparecido, voluntarioso pero cayendo en la precipitación una y otra vez cuando asomaba por el área de Sequeira.

La energía de Savinho no fue suficiente

Tras el paso por vestuarios, el guion fue el mismo, como era de esperar. Brasil achuchando, Costa Rica defendiendo... y sí, el final fue el mismo. Nada de nada y un marcador que no se movería. Y, ojo, no sería por falta de ganas de los de amarillo, que vieron cómo de nuevo Rodrygo, tras un taconazo tremendo de Vinicius, y Paquetá, con un zurdazo al poste y luego otro que atajó el guardameta, perdonaban la vida a los de Gustavo Alfaro.

Muchos esperaban a Endrick, y Dorival le dio 20 minutos (intrascendente en el día en el que superaba a Pelé como segundo brasileño más joven en jugar el torneo), pero el que brilló de verdad fue Savinho. El del Girona destrozó por completo una banda derecha ya de por sí harta de la insistiencia de Raphinha en el primer tiempo y dio una auténtica exhibición. Un sinfín de desbordes, regates y envíos al área que no encontraron premio pero que le hicieron llegar con una carta de presentación de locura a esta Copa América.

Un revulsivo que tampoco pudo con el muro costarricense pero que da una pizca de esperanza a su país, consciente de que ya apenas tiene margen de error tras un tropiezo inesperado pero que, ni mucho menos, es definitivo. No sería la primera -ni la última- selección en empezar un gran torneo pinchando y acabar campeonando. Queda mucho hasta el 14/7... y Brasil tiene bazas de sobra para hacer grandes cosas.

 

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Es hermoso el fútbol. Costa Rica que no pasa la mitad de la cancha hace un siglo y medio, logra meter tres pases seguidos y sus hinchas le gritan ole, ole, ole, a Brasil, nada menos. Los Ticos enloquecen en el SoFi Stadium de Los Angeles. Es que, en esa ciudad, la de Hollywood, metáfora universal de los sueños, Costa Rica, de la mano de Gustavo Alfaro, cumple su gran sueño americano: le empata a Brasil. De 11 partidos en el historial contra el Scratch, había perdido diez (un solo triunfo, en los Panamericanos de 1960).

Ahora logra este 0-0 épico, inolvidable, para un país del tamaño de Jujuy, 58 en el ranking FIFA, con apenas seis participaciones en mundiales. Costa Rica tiene a Manfred Ugalde, delantero, 22 años, como su futbolista más cotizado: el Spartak de Moscú lo compró por 13 millones de euros. Del otro lado, Vinicius con su cláusula de mil millones de euros... Nada contra todo.

Lo curioso, lo paradójico, es que, hay que decirlo, lo durmieron a Brasil. En este torneo continental, donde suelen ser generosos con los hermanos brasileños, en el primer tiempo le anularon un gol por un offside finísimo. Fue una pelota parada: centro al área, la toca Rodrygo en el primer palo y la empuja Marquinhos en el segundo. Pero el VAR marcó offside. Un offside tan milimétrico como insólito. Una hormiga. Un granito de arena en Copacabana. Un gol anulado que en la Copa América 2019, cuando Brasil fue campeón con un VAR manejado por Bolsonaro, hubiese sido cobrado (incluso en esa Copa hubiese valido doble).

Costa Rica aguantó como pudo: sus poco más de cinco millones de habitantes bancando la parada en su campo contra los 215 millones habitantes de Brasil. Alfaro puso la buseta (como se le dice al micro en Costa Rica). Y lo bien que hizo. Solo le faltó poner a Soldano de 8. Cinco defensores, dos volantes de contención y el Padrenuestro que estás en los cielos de 9.

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“No pienso ir a ningún partido en la Copa América. Está faltando todo en el equipo. Falta garra, falta alegría, falta jugar bien”, dijo nada menos que Ronaldinho en la previa de esta Copa. Si bien después se conoció que era parte de una movida publicitaria la realidad es que este Brasil no entusiasma demasiado ni a los propios torcedores y que no es un equipo de temer como tantos otros seleccionados brasileños.

Está en un nuevo proceso de la mano de Dorival Junior (DT campeón de la Libertadores con el Flamengo), con jugadores jóvenes. Este lunes se paró con un 4-2-3-1, con Bruno Guimarães (hombre del Newcastle) y Joao Gomes (Wolverhampton) como volantes de contención y salida limpia, más adelantados y bien abiertos Raphinha (Barcelona) para explotar su velocidad por derecha y Rodrygo (con la 10 de Pelé, Ronaldinho, Rivaldo y Ney) por la izquierda, más el paquete de Paquetá (West Ham) detrás de un Vinicius que se paró de 9, pero que alternó posición permanentemente con Rodrygo como suele hacerlo en el Real Madrid.

Atacó, intentó, llegó, tuvo chances (ese disparo de Paqueta en un poste) y en el ST tiró todo lo que tiene a la cancha: entraron Endrick (el pibe del Real Madrid de los 60 millones de euros), Martinelli (Arsenal), Sávio (Girona)... No pudo. Terminó muy desdibujado. Con un Vinicius que arrancó a pura gambeta para comerse la cancha y terminó frustrado, fastidioso, protestón, sin pesar en el desarrollo, saliendo en el ST y viendo cómo los Ticos, los Ticos, le gritaban ole, ole, ole...

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La reacción de la prensa al empate de Costa Rica en Copa América: Faitelson destruye a los ticos y en Panamá no soportan

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