El periodista David Ruiz entrevistó al técnico de la selección tica, previo al juego contra Grecia por los octavos de final de la Copa del Mundo.
"Mañana sigue el sueño". Con esta breve pero concisa frase, Jorge Luis Pinto (San Gil -Colombia-, 1952) se despide de sus poco más de 6.000 seguidores en twitter la noche previa a cada partido de Costa Rica en esta Copa del Mundo. Esa cábala, por ahora, le está dando resultado al técnico del equipo revelación del torneo brasileño. Pero estos Ticos no se conforman con haber puesto patas arriba un grupo que acabó liderando frente a tres campeones del mundo.
El preparador colombiano del equipo caribeño aspira a subir al menos un peldaño el listón que elevó Bora Milutinovic hace 24 años llevando a Costa Rica hasta los octavos de final en su primera comparecencia mundialista (Italia 90). Grecia es el siguiente obstáculo de un combinado que, suceda lo que suceda, se ha ganado el cariño y el respeto de millones de seguidores en todo el planeta.
"La satisfacción es indescriptible. Primero por haber logrado una clasificación a octavos de final en la que no creía prácticamente nadie, viendo el grupazo en el que habíamos caído. Y después por los ticos, que han apoyado al equipo como si formaran parte del grupo. Todos unidos, empujando desde las gradas los que han podido acompañarnos acá en Brasil, y luego el resto del país desde sus casas. Hemos sentido sus corazones muy cerca para lograr un objetivo que no se conseguía desde hacía 24 años", nos contaba Pinto desde el retiro del combinado centroamericano en Santos, en el hotel Mendes Plaza, a 50 kilómetros de Sao Paulo.
Los mensajes de reconocimiento y aliento no sólo le llevan desde Costa Rica. Colombia, su país natal, está también muy pendiente de sus andanzas y de sus éxitos en tierras brasileñas.
"Me pone contento que el pueblo colombiano se alegre de cómo me va. Hemos quedado muchas etapas para llegar hasta aquí. Dirigir equipos grandes, dirigir equipos chicos, ya en Colombia o en el extranjero, en varios países. Este es el partido 102 de selección que dirijo y eso es algo que me satisface. Es una vivencia muy grande. Dirigí también 1.020 partidos con equipos profesionales. Tengo que sacarle provecho a todo esto. He estado en ocho Mundiales estudiando y a toda esa información que recabé le he sacado mucho provecho. En ellos aprendí mucho de Italia, por ejemplo, y me vino muy bien aquí".
Aunque su anhelo siempre fue dirigir a una selección desde la raya en un Mundial, reconoce sin ambages que extraña alguna de sus costumbres en los torneos a los que asistió como observador. "Esto es diferente. Aquí no he podido sacar mi cámara y eso me tiene preocupado (risas). Ahora en serio, muy contento porque es una vivencia y una experiencia única. Todo el andamiaje, todo lo que lo rodea. Se trata, sin duda, de un momento muy especial".
GRECIA NO LE QUITA EL SUEÑO A PINTO
Grecia, su próximo contrincante, no le quita el sueño. "Bueno, los sueños no tienen límites. Tiene uno que seguir peleando y aspirando a ampliar horizontes porque de momento no tenemos techo. Está motivado el grupo, tiene una estructura definida, concreta. Salimos a jugar a lo que sabemos. Y sabemos hacerlo. Todo eso junto puede brindar cosas".
Pinto saca pecho cuando sale a relucir su background formativo. Nunca ha ocultado ser un obseso del fútbol, de la disciplina y de los entrenamientos rigurosos. Más bien al contrario, presume de ello porque considera que ahí reside el secreto de su éxito al mando de esta intrépida Costa Rica.
"Soy un hombre de academia y universidad. Me gradué en educación física y deportes, con énfasis en fútbol, en la Universidad Católica de Bogotá. Hice una especialización aquí en Brasil, en la Universidad de Sao Paulo: técnicas desportivas de futebol. Después me especialicé durante tres años con una beca del gobierno alemán, hice una segunda fase en la Universidad de Colonia, asistiendo al curso de entrenadores. Recuerdo que iba a venir Beckenbauer a darnos clase, pero no apareció ningún día".
Considerado el menos colombiano de los técnicos de su país, el nuevo hombre milagro del balompié costarricense confiesa que ese aspecto se lo debe a un técnico que conoció durante su etapa formativa europea.
"El fútbol alemán me dio mucho, sobre todo la parte científica: la metodología, la pedagogía, mucho mundo futbolístico, vivencias imprescindibles para mis experiencias posteriores ya como profesional de los banquillos. Tuve suerte porque cuando estaba allí el Colonia fichó a Rinus Michels, así que pude ver un montón de entrenamientos suyos. Aprendí muchísimo de él. Me iba sólo a verlo trabajar. Adquirí muchas cosas del contenido y metodología del trabajo que él tenía".
COSTA RICA Y UNA GENERACIÓN ESPECTACULAR DE JUGADORES
Habla maravillas de todos sus jugadores, incluso de los que no están, como Álvaro Saborío. Pero se descubre ante uno de los 'tapados' del grupo: Celso Borges, su Valderrama particular. "En una posición un poco diferente a la del Pibe pero sí, podría decirse que es así. Tiene esas connotaciones. Es un líder técnico, el hombre que da la pausa, el de metro noventa, el que aporta oficio, el que da ejemplo al grupo con su sacrificio".
Respecto al espectacular rendimiento de sus tropas, matiza. "He tenido la suerte y la felicidad es que todos mis jugadores han estado en los tres partidos de ocho para arriba. Algunos de nueve y eso es importantísimo".
Durante el Mundial 2006 predijo que el campeón sería Italia. Ahora, viendo los toros desde dentro de la barrera, tira de capote para eludir una respuesta concisa. "No he visto casi partidos (risas). Créame que sólo he visto vídeos de mis rivales. Me ha gustado Alemania, su dinámica de juego, el comportamiento táctico. Impecable. Me gustó también Holanda, su contragolpe letal. Brasil me preocupa. No está encontrando el talento y le están atacando mucho. Y cuando a uno le atacan mucho, en algún momento le hacen un gol.
Messi y compañía tampoco son santo de su devoción. "Argentina también me preocupó, pero tiene cuatro o cinco arriba impresionantes que en cualquier momento te hacen gol y deciden un partido. Pero también recibe muchos ataques".
Asegura que la condición física seguirá haciendo criba en las rondas de 'mata-mata', como llaman en Brasil a las eliminatorias a un solo encuentro. "Puede ser determinante, no tengo dudas. El que tenga fondo, el que sepa recuperar bien, el que mantenga la regularidad los 90 minutos en el desgaste físico, va a tener éxito. Creo que Alemania y Brasil son potencias que tiene la lógica de llegar a una final".