La jugada realizada por el defensor, Jean Carlos Sánchez, del equipo de Grecia fue espectacular, porque evitó, posiblemente, una jugada para gol del alajuelense Alonso Martínez. El árbitro, David Gómez, a pocos metros de la jugada señaló penal.
El desenlace de esta acción es conocida. Relato la jugada para dejar evidencia, quiero pensar eso, que no todo está perdido. Martínez se aproximó al árbitro y le dijo: “No fue penal”. El árbitro hizo un alboroto como el que hacen los zanates en un árbol en cualquier parque del país, regresó el video en su mente, y como corolario le sacó tarjeta amarilla al liguista, por ser honesto, y tiro libre a favor del equipo griego.
Recuerdo una frase de Jurgen Klopp cuando dijo que en el futbol no se podía decir nunca toda la verdad, porque el futbol en muchas ocasiones era mentiroso.
En este caso, el de Alonso Martínez y David Gómez, al menos en esta jugada, el futbol dejó de ser mentiroso. Hay una acción de honestidad en la cual el jugador , en perjuicio de su mismo equipo, le dice al árbitro de su error y la recompensa fue la sanción con tarjeta amarilla por decir la verdad.
Nuestro futbol ha venido en declive en intensidad y dinámica, aspectos esenciales del futbol moderno. Los jugadores simulan faltas, se tiran al menor contacto, tratan, y lo logran, engañar al árbitro para sacar ventaja. Entrenadores que buscan ganar partidos haciendo que sus jugadores jueguen 30 minutos efectivos de 90, jugando un futbol de mentirillas, son las artimañas que nos llevan en picada.
Quizás no todo está perdido. Si existieran más Alonsos Martínez en nuestro futbol y menos David Gómez , nuestro futbol pueda iniciar una escalada hacia el éxito.
** El autor tiene una Maestría en Comunicación. Licenciatura en Periodismo y Educación Física. Además es entrenador de Futbol y Baloncesto.