
La Tricolor podría medirse a selecciones muy bien calificadas el próximo año a pesar de no haber clasificado para la Copa del Mundo 2026.
La Selección de Costa Rica se perfila para enfrentar un año 2026 con una agenda de partidos amistosos de alto perfil, un hecho que ha generado atención y expectativa en el ambiente futbolístico, sobre todo tras su eliminación del proceso clasificatorio rumbo a la Copa Mundial de la FIFA 2026.
A pesar de no haber logrado el boleto para el torneo que se jugará en Estados Unidos, México y Canadá, la Tricolor se prepara para medirse ante rivales de talla mundial y aprovechar estos encuentros como un termómetro de su evolución futbolística y una oportunidad para fortalecer su plantel de cara a las futuras competiciones oficiales.
Las gestiones para concretar estos enfrentamientos amistosos están en una etapa avanzada, según Yashin Quesada.
Uno de los duelos que más resuena es el posible choque contra Inglaterra, que podría disputarse en Estados Unidos durante el mes de junio de 2026, y que aún solo falta por rubricar con la firma correspondiente entre las federaciones involucradas.
Este encuentro representaría un desafío de primer nivel para Costa Rica al enfrentarse a una de las potencias tradicionales del fútbol europeo, cuyo estilo de juego y jerarquía en el ranking FIFA ofrecen un reto significativo para cualquier selección no clasificada al Mundial.
Los ingleses dirigidos por Thomas Tuchel y plagados de figuras de talla mundial jugarán ante Panamá en la Copa del Mundo, por lo que habrían buscado jugar ante Costa Rica como una preparación para ese duelo mundialista al ser selecciones del mismo área y con un nivel algo similar.
Además de ese potencial compromiso contra los británicos, la Tricolor está en conversaciones para otro amistoso programado tentativamente en marzo de 2026 frente a Colombia, en territorio colombiano.
Las gestiones entre las federaciones de Costa Rica y Colombia han avanzado en las últimas semanas, con el objetivo de que este choque internacional se convierta en un fogueo competitivo en una fecha FIFA clave, donde ambos equipos podrían probar esquemas, jóvenes talentos y consolidar una identidad de juego que fortalezca sus procesos deportivos.
La ambición de la Federación Costarricense de Fútbol no se limita únicamente a estos dos compromisos. Se han explorado también posibilidades para que Costa Rica enfrente a otras selecciones de importancia mundial, como Australia y Sudáfrica, en escenarios que podrían ser nuevamente en Estados Unidos.
Estos potenciales rivales, ambos clasificados para la Copa del Mundo 2026, aportarían diversidad táctica y estilos contrastantes, lo que enriquecería la preparación de La Sele ante adversarios que combinan potencia física, organización colectiva y diferentes escuelas futbolísticas.
La Federación Costarricense de Fútbol deberá definir al nuevo director deportivo y cuerpo técnico en los primeros días del 2026, con miras a arrancar el proceso con miras hacia la lejana Copa del Mundo 2030.
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