El Deportivo Saprissa no vive una pesadilla: vive una realidad. Tiene miedo, más que miedo, temor de quebrarse.
La parte económica los dirigentes del equipo no la ocultan. Al menos Erick Lonis, cada vez que tiene la oportunidad la recalca. No tienen dinero para contratar buenos jugadores.
Las deudas a corto plazo los está asfixiando, y como epitafio dejaron de ganarse en la Copa Centroamericana $640 mil si lograban el cetro.
Pero dejemos la parte económica y vayamos a la deportiva. Vladimir Quesada se disculpó por el fracaso al quedar fuera en la primera fase, pero cualquiera con un poco de sentido común sabe que no tiene por qué disculparse.
La mala racha que vive Saprissa comenzó a fraguarse hace varios años. Algunos aficionados están furiosos, pero otros se volvieron apáticos. Las humillaciones de Saprissa se volvieron tan comunes, que muchos se preguntan si todavía hay algo que ver en este desastre de equipo.
Este club merece algo mejor, pero no hay una solución fácil. La situación es grave y las decisiones semánticas que brotan desde la cúpula, no van a solventar sus problemas.
Quizás la mejor solución es que Horizonte Morado consiga vender sus acciones, y le inyecten capital fresco, como sucedió con la llegada de Jorge Vergara.
Saprissa luce obsoleto y anticuado, con demasiadas voces desde la gradería exigiendo la solución. Y cuando la dirigencia no tiene un rumbo certero, es la gradería la que se impone.
Este equipo tiene una plantilla envejecida, desequilibrada e improvisada en los puestos importantes. Eso demuestra que uno de los mayores fallos dirigenciales, es a quien elige para darle poder en las decisiones esenciales y combatir la toxicidad del vestuario.
Trajeron jugadores caros a llenar espacio, luego quisieron revertir, por falta de dinero, esos gastos, trayendo noveles jugadores extranjeros para que realizaran carrera en Costa Rica, y revivieran el equipo.
Uno de los grandes problemas de Saprissa es que se fijaron metas demasiado altas para este año, como ganar el campeonato centroamericano, donde ya quedaron fuera. Ahora van a concentrarse en el torneo local poniendo una curita en su herida.
¿Y si Saprissa no gana el campeonato nacional qué harán? ¿Qué lograrían con otro cambio de entrenador?
Pase lo que pase en el corto plazo, Saprissa será mucho más de lo mismo en su caída precipitada hacia el abismo.
** El autor tiene una Maestría en Comunicación. Licenciatura en Periodismo y Educación Física. Además es entrenador de Futbol y Baloncesto.