El Arsenal de Inglaterra se marchó a su actual estadio, el Emirates Stadium, en el año 2006.
Con este cambio se pasó del misticismo de los legendarios campos ingleses, en los que se respiraba el auténtico fútbol, a la modernidad de unas instalaciones con todas las comodidades posibles, tanto para el público como para los futbolistas y el propio club para mejorar y ampliar sus posibilidades como empresa. Deportiva, pero empresa en tiempos de la globalidad.
Con 60.704 asientos, el Emirates Stadium casi doblaba a escasos 500 metros de distancia los 38.500 espectadores que podía acoger el antiguo Highbury.
Aunque la esencia creada en 1913 por el arquitecto escocés Archibald Leitch, autor de estadios legendarios en las islas británicas como Anfield, Celtic Park, White Hart Lane, Ibrox Park, Villa Park, Goodison Park, Hampden Park, Hillsborough, Twickenham o Landsdowne Road, entre otros, no se podía mantener en favor de la modernidad, la comodidad y las nuevas tecnologías.
Esta vieja esencia del fútbol británico le sirvió al Arsenal para dotar de una nueva vida a su antiguo estadio. Dentro de la operación inmobiliaria que se realizó para la construcción del Emirates Stadium, el antiguo Highbury aún se mantiene en pie, pero transformado en 650 apartamentos de lujo que se inauguraron en el año 2010, cuatro años después de su clausura.
Así, la estructura de las cuatro gradas se ha transformado en cuatro edificios de viviendas, eliminándose los graderíos pero respetándose su composición alrededor del lugar que ocupaba el césped del antiguo estadio del Arsenal. Este espacio se ha transformado en una enorme plaza ajardinada, la Highbury Stadium Square, en donde se encuentra parte del pasto que pisaron las estrellas del conjunto londinense.
Las viviendas, con unas terrazas acristaladas con vistas al que fue el antiguo césped de Highbury, se vendieron por un precio en torno a las 660.000 libras esterlinas.
Además de su transformación en apartamentos de lujo, el componente histórico del antiguo Highbury se mantiene vivo al respetarse en la construcción la fachada de Art Deco de la tribuna East Stand, convirtiéndose también en un atractivo turístico para las personas que visitan esta zona situada al norte de Londres. Esta es la parte más visible desde el exterior del recinto, aunque también se ha respetado en su construcción la portada de la grada West Stand.
Esta transformación de Highbury es un ejemplo de nuevos usos que se le pueden dar a los antiguos recintos deportivos manteniendo su historia.