La violencia era prácticamente parte de su forma de ser y, tal vez, eso explique la cinematográfica forma en la que terminó sus días, acribillado con su hijo desde un helicóptero tras un espectacular enfrentamiento con las fuerzas del orden.
Falleció el 15 de diciembre de 1989, tras ser rastreado y localizado cerca de la costa caribeña colombiana.
Una vez que el Mexicano fue dado de baja, los soldados presentes gritaron "¡Viva Colombia!".
Lo mismo sucedería cuando su amigo Pablo Escobar cayera muerto por un disparo en la cabeza cuatro años después.