Mario Zagallo: Brasil 1970
México fue el escenario perfecto para que Brasil desarrollara uno de sus mayores caudales futbolísticos que se recuerden. Aunque su preparación para el mundial fue tumultuosa (Joao Saldanha fue despedido y asumió en su lugar Mario Zagallo), Brasil, una vez comenzado el torneo, sacó provecho de todo el talento de sus futbolistas.
La selección sudamericana se dio el lujo de jugar sin un delantero centro definido, una ausencia que fue paliada por los 'cinco dieces' que alineó Zagallo: Pelé, Jairzinho, Rivelino, Gerson y Tostao. Lejos de sucumbir ante la tentación del juego individual, las estrellas de Brasil alternaron constantemente sus posiciones, tanto en situaciones de construcción de juego como en las zonas de definición.
Zagallo, que había sido campeón en 1958 y 1966, condujo el equipo a la perfección. Aplacó todo tipo de diferencias entre los futbolistas y dispuso de un 4-2-4 muy flexible, en el que Clodoaldo muchas veces retrasaba su posición para equilibrar las proyecciones de Carlos Alberto por el lateral derecho, sumando a Gerson como el otro mediocampista central. Gracias a su dinámica, además de la vocación ofensiva de los laterales, Brasil fue una máquina anotadora, anotando en todos los partidos e incluso goleando a su rivales en los partidos de la fase final.
El primer tricampeón del mundo convirtió 19 goles y recibió 7 para convertirse en una de las grandes muestras ofensivas jamás vistas en los mundiales.