Vicente Feola: Brasil 1958
El 4-2-4 de Hungría no logró un campeonato Mundial, pero sí tuvo su revancha bajo la aplicación de Vicente Feola y su Brasil en la cita de 1958. No obstante, lo más relevante del entrenador brasileño estuvo en dos aspectos claves para que Brasil levantase la Copa por primera vez: el rol de los laterales y saber escuchar a sus futbolistas. Fueron ellos quienes exigieron la titularidad de dos jovencitos que se convirtieron en figuras: Pelé y Garrincha.
En aquel plantel brillaban Didí, Vavá, Nilton Santos, Djalma Santos, Hilderaldo Bellini, Zito y Mario Zagallo. No obstante, la aparición de los jóvenes exigidos por los capitanes en el tercer partido fue el elemento que inclinó la balanza. En los cuatro partidos en los que fueron titulares, el equipo de Feola convirtió hasta trece goles, cinco de ellos en la final ante la selección local.
Feola, con la inclusión de Nílton de Sordi, Djalma y Nilton Santos dio inició a una larga tradición de laterales brasileños cuya vocación ofensiva es aún reconocida en el mundo entero. El juego interno de los sudamericanos derivaba en pases hacia las bandas, aprovechando las distintas sociedades que se formaban. Luego estaba Pelé, el imprevisibe futbolista tan capaz de sumarse a la construcción de juego como de aparecer desmarcado en zonas de remate.
Defensivamente, cuando Brasil debía replegarse, Zagallo retrasaba su posición hasta convertirse en el tercer mediocampista, consiguiendo en ese momento distintas superioridades que beneficiaron al equipo. La victoria ante Suecia en la final consagró a Pelé y también a un estilo de juego que combinaba la belleza con la efectividad: ‘El Jogo Bonito’.