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Guima habla de su extensa trayectoria y de la ilusión que le genera la Copa Libertadores

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El sitio web de la Copa Libertadores presentó una amplia nota en referencia al técnico costarricense Alexandre Borges Guimaraes, quien desde que llegó al futbol colombiano se ganó el cariño de la afición del América de Cali. El estratega se consagró campeón y logró meter al equipo en el torneo de clubes más importante del continente americano. 

En la nota, se hace un repaso de la exitosa carrera de Guima como jugador y técnico. Tres mundiales encima y muchos títulos. 

De momento, por la crisis del Covid-19, la Copa Libertadores se encuentra suspendida hasta nuevo aviso. América ha disputado dos partidos con un triunfo y una derrota. 

Aquí la nota y entrevista realizada al entrenador tico: 

Los sábados las calles de San José tienen otro significado para Alexandre Borges Guimarães, nacido en Brasil, pero nacionalizado costarricencse. Los recuerdos llevan un peso inigualable y uno de los que viene a su mente es el de los 13 años. A esa edad salía a recorrer librerías de Costa Rica junto a su padre en busca de nuevas lecturas. Fue una de esas tardes que llegaron a La casa de las revistas y se toparon con un ejemplar de la revista El Gráfico que hizo que su vida cambiara. A través de la pluma de Carlos Juvenal o Felix Frascara, entre otros tantos, incorporó términos futbolísticos en español, se acercó al fútbol argentino y a las grandes lecturas. “Mi infancia estuvo rodeada de mucho fútbol de calle y muchos libros de la casa”, confiesa. No sólo se nutrió de la revista más importante de Argentina sino también de Jornal dos Sports de Brasil, que emula con sus colores a la Gazzetta de Italia. Cada día a la salida del colegio compraba la revista, una Guaraná y se sentaba a deleitarse con el fútbol de Brasil.

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Su vínculo con la Selección de Costa Rica parece estar escrito de manera literal y metafórica también. En 1990, disputó por primera vez un Mundial, el de Italia. Costa Rica debió esperar 12 años para volver a participar de una Copa del Mundo.Fue recién en 2002 y de la mano de Guimarães como entrenador. Su libro preferido es Cien años de Soledad y como muchos hizo su propio árbol genealógico para no perder el rastro de todos los Buendía. Tal vez fue esta lectura, o los textos de Cortázar o los de Roberto Bolaño los que funcionaron como base para que años más tarde decidiera dedicar los días de la concentración en Italia 90 para escribir la historia del primer Mundial disputado por Costa Rica. Eligió titularlo tal como lo vivió: “La gran fiesta”.

Fue jugador no sólo de fútbol sino también de básquet. Mientras estudiaba educación física practicaba ambos deportes. Creció en Brasil y a los 11 años migró a Costa Rica. Como técnico dirigió al  Al Wasl FC (equipo que condujo Maradona) y le dio el único título internacional de su historia. También al Tianjin Teda de China, Mumbai City FC de India, también pasó por México y otros clubes aprendiendo de distintas culturas, adquiriendo nuevas costumbres y aggiornándose a los distintos entornos. La lectura fue su amiga y compañera durante toda su vida, escribió su propio libro porque decidió llenar los vacíos de información. Claro, este lector empedernido quería leer sobre la historia del fútbol costarricence y los textos no abundaban. Así que puso manos a la obra.

Borges no es sólo un autor en su vida, ni su segundo apellido. Es también el apellido que porta su hijo Celso Borges, el volante central de la Selección de Costa Rica que actualmente juega en Turquía. Fue justamente para verlo a él durante el Mundial de Rusia que Alexandre decidió no dirigir por unos meses. Hoy Guimarães, de 60 años, dirige a América de Cali, que volvió a jugar una Copa Libertadores después de 11 años e integra el Grupo E junto a Grêmio , Internacional y U. Católica.

Alexandre Guimaraes

- ¿Cómo eran esos partidos de chico en la calle?

- Nosotros vivíamos en Brasil en dos calles sin salida y era más fácil armar el partidito. Jugábamos toda la gente del barrio y siempre a la salida de la escuela nos juntábamos. Yo siempre fui el menor, en la familia, en el barrio, pero siempre me escogían porque jugaba bien. No me ponían de portero así que algo jugaba. Primero era un edificio contra el otro y después ya se hizo una selección del barrio y ahí ya pasamos a jugar contra otros barrios.

- ¿Intenta que los jugadores se vinculen con la lectura?

- Nosotros con la Selección de Costa Rica en un primer bloque hacia el Mundial de Corea - Japón 2002 trabajamos en un equipo interdisciplinario que hoy sería una especie de coaching. Ahí alentábamos mucho a la lectura, mucho más de superación personal, automotivación y varios de los jugadores se fueron enganchando. Siempre hay dos o tres que leen un poco más, pero no es algo impuesto.

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- Jugó el primer Mundial que disputó Costa Rica , ¿cómo fue eso?

- Fue lindísimo, una locura porque Costa Rica siempre ha sido un país muy futbolero, pero no había tenido la oportunidad de jugar un Campeonato del Mundo. Había tenido generaciones de futbolistas muy bueno como Los Chaparritos de Oro, pero nunca llegaron a un Mundial. En el 90 pudimos llegar y yo había comenzado ese recorrido, era el capitán, pero sacaron al entrenador y pusieron a dos locales que me corrieron. No participé de la última etapa de la clasificación, pero cuando llega el recambio y ponen a Bora Milutinović él me ve jugar en el Saprissa (el club de toda mi vida) y me convoca.

- Antes del Mundial de Italia, el fútbol no era del todo profesional en Costa Rica, ¿cómo se vivía?

- Algunos éramos más profesionales que otros, aun cuando varios de nosotros estudiábamos, otros compañeros tenían que trabajar. Después de Italia cambia para siempre la estructura del fútbol de Costa Rica.

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- En ese Mundial decidió escribir tu primer libro, ¿cómo surgió?

- Lo escribo por esa inquietud de lectura que yo tenía. Siempre había buscado cosas que hablaran del fútbol de Costa Rica y nunca encontré nada o muy poco. Cuando se dio la situación para pasar las largas horas de concentraciones me dediqué a escribir la experiencia y al final también fue un libro que marcó mucho. Después hicieron una película que tuvo mucho éxito porque fue una aventura ese Mundial.

- ¿Cómo eran esos días escribiendo?

- Los recuerdo con mucha satisfacción. Yo me encerraba en la habitación, tenía a mi compañero que al ver que yo me iba para el escritorio él salía de la habitación e iba a buscar otro cuarto donde estuviesen jugando naipes. Yo me quedaba dos o tres horas escribiendo y pensando. Fue muy sabroso. Escribía a mano, todavía tengo el original.

- ¿Cuánto te marcó Bora Milutinović?

- A mí me dio un recital de lo que era ser un técnico de alto nivel. Sabía la manera de cómo entrarle al jugador, cómo comunicarse, tenía conocimiento del fútbol Mundial, se manejaba bien con la prensa, hablaba varios idiomas, sabía manejarse con los dirigentes, identificar los líderes del equipo… Para mi todo eso fue un curso aceleradísimo para ser entrenador.   Fue una experiencia tan agradable que dije “la única manera de tener otra experiencia así, es siendo entrenador”. Jugué dos años más, pare porque quise y empecé a estudiar, ir a cursos, hacer pasantías en Europa, todo para formarme como un entrenador de elite.

- ¿Cómo fue asumir la dirección técnica para el Mundial de 2002?

- Yo era el auxiliar del entrenador de la Selección y a la vez de la Selección olímpica. Cuando el entrenador renuncia recomienda que me dejen el puesto a mi para un partido ante Guatemala en Miami que definía quién pasaba a jugar la hexagonal final. Me preguntaron si me la jugaba y yo dije que si el entrenador me había recomendado, entonces yo daría un paso adelante. Ganamos ese partido 5 a 2 y después me confirman como entrenador. Ese año clasificamos al Mundial logrando cosas históricas como ganar en el Azteca de México, volvemos 12 años después a un Mundial y surge otro cambio. Clasificamos al 2006, quedamos afuera para Sudáfrica y una generación nueva es la que está en Brasil 2014 con un gran papel y Rusia 2018.

- ¿Y ahora? Estuviste varios meses sin dirigir antes de elegir a América de Cali, ¿qué fue lo que te interesó?

- Estuve trabajando en Asia mucho tiempo y primero quería volver a trabajar en Latinoamérica, segundo quería entrar en CONMEBOL y además quería entrenar a un equipo de arrastre. Todas estas condiciones las reunía América de Cali. No tuve ninguna duda de aceptar el reto. Además yo me había querido dar una pausa porque venía el Mundial y quería ver a mi hijo jugar con la Selección de Costa Rica.

- ¿Cómo es su vínculo con él? ¿Le da consejos?

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- Cuando él era menor sí. Ahora ya jugó dos Mundiales, jugó la Liga Española, fue capitán, está en Turquía y ahora sólo nos contamos experiencias. En su etapa formativa le daba consejos, pero lo que más disfruto es como todo padre ver al hijo realizado.

- ¿Qué puede esperarse de América de Cali en esta Libertadores (por ahora en dos fechas ganó un partido y perdió el restante)?

- América ha llegado a la CONMEBOL Libertadores con mucha ilusión. Hace 11 años que no la jugaba y era uno de los objetivos que teníamos cuando llegamos al club. Nos ha tocado un grupo muy competitivo con Grêmio e Internacional que son dos clásicos de Libertadores y la U. Católica que también tiene un gran recorrido. Seguimos con mucha ilusión.

- ¿Y la cuarentena cómo la llevan?

- Nosotros le damos seguimiento a los entrenamientos virtuales que hacen los jugadores con el preparador físico, yo estoy en comunicación directa con el presidente, el propietario del club y mis auxiliares, preparando y repasando partidos. También converso con los capitanes del equipo, a veces hacemos videollamadas para ver cómo están, estamos todos en contacto casi que diario. Nunca es igual, pero hay que encontrarle la vuelta.

Fuente: copalibertadores.com