Es un domingo húmedo de finales de mayo. Los tambores de La Ultra hacen vibrar el techo de zinc de La Cueva mientras, 20 kilómetros al norte, aficionados se reúnen alrededor de un proyector en un garaje herediano.
Más lejos—en un sports‑bar de Newark, un apartamento en Madrid y un pequeño café en Tokio—ticos expatriados siguen el mismo duelo Saprissa–Alajuelense en sus teléfonos.
El Clásico, nacido en las polvorientas calles josefinas hace un siglo, cruza océanos en tiempo real. Seguir cómo cada salto mediático—el crepitar de la radio, la televisión en blanco y negro, la saturación del cable y el streaming a demanda—ha llevado el derbi más allá de las fronteras costarricenses revela cómo la tecnología reinventa, una y otra vez, lo que significa ser aficionado.
Inicios de Barrio, 1920‑1948
De juego callejero a obsesión nacional
Las raíces de la rivalidad yacen en los barrios obreros. A principios de la década de 1920, los cuadros vecinales Manuda y Estrella Roja jugaban por el honor en potreros irregulares.
Cuando esos equipos evolucionaron hacia la Liga Deportiva Alajuelense (LD Alajuelense) y, más tarde, Deportivo Saprissa, sus partidos ya convocaban a multitudes que invadían la línea lateral.
La prensa bautizó los cotejos como “choques de orgullo”, pero los recursos eran escasos: un solo balón, uniformes prestados, una gorra que pasaba entre el público para recolectar monedas. Pregúntele a cualquier historiador por qué esta rivalidad incipiente eclipsó a otras—Herediano–Cartaginés, por ejemplo—y señalará la geografía. Alajuela y San José están separadas por apenas 20 minutos; el tren regular permitió que los seguidores visitaran estadios rivales mucho antes de que existieran carreteras nacionales.
¿Quieres explorar las cifras? El archivo de Everardo Herrera mantiene un desglose de los 357 derbis oficiales, con resultados, goles y sedes. Repase el balance histórico del Clásico 357
Preguntas tempranas respondidas con perspectiva
¿Por qué Saprissa y no Herediano? Porque solo la directiva saprissista contaba con capital y una diáspora comprometida que seguía al club hasta la capital, un patrón que anticipó el aficionismo nacional.
¿Cómo sobrevivieron los juegos informales sin aval oficial? La Federación Costarricense de Fútbol, fundada en 1921, hizo la vista gorda, viendo en la asistencia masiva una prueba de la popularidad del deporte.
Ondas de Radio y Héroes de Papel, 1950‑1970
Voces que pintaban imágenes
Para 1950 la mayoría de los hogares costarricenses tenía una radio a baterías. Locutores como Everardo Herrera padre narraban minuto a minuto desde techos de graderías, su tono exaltado convirtiendo partidos ordinarios en eventos comunales. En las zonas rurales, los oyentes se reunían en cantinas; los goles se celebraban a kilómetros de la capital. La prensa, liderada por La Nación, amplificó personalidades, acuñando sobrenombres—Monstruo Morado para Saprissa, León para Alajuelense—que perduran hoy.
¿Cómo identificaban los aficionados a jugadores que nunca habían visto? Las caricaturas deportivas de los domingos llenaban el vacío visual, creando imágenes míticas de figuras como Juan Ulloa.
¿Por qué prosperó la radio si ya existía la prensa escrita? Porque el sonido anunciaba el drama en vivo, mientras que los diarios de lunes solo confirmaban lo que todos ya sentían.
De la Tele en Blanco y Negro al Color, 1970‑1990
La noche en que todos vieron la misma pantalla
El canal estatal costarricense transmitió su primer Clásico en directo en 1977. Las familias llevaban sillas a la casa del vecino; los televisores eran bienes comunales. Los patrocinadores pronto reconocieron la audiencia cautiva—cerveceras, automotrices y bancos emergentes disputaban la pauta del entretiempo. Una emisión clave fue la del 7 de octubre de 1979, cuando un penal al filo del tiempo y la posterior trifulca detuvieron el juego 15 minutos. El incidente, ya folclore, se detalla en La historia de uno de los clásicos más insólitos.
El dinero televisivo cambia la cancha
Con los anunciantes cubriendo los costos de producción, la liga se profesionalizó: horarios fijos, uniformes estandarizados, pagos por aparición. El derbi comenzó a atraer aforos de cinco cifras con regularidad—una “viralidad” pre‑internet.
¿Por qué explotó el rating a pesar de la limitada oferta? Una sola opción de transmisión eliminaba la fragmentación: o veías el partido o te lo perdías.
¿Qué desventajas hubo? Los clubes pequeños alegaban que la tajada televisiva del Clásico los perjudicaba, tensión que resurge hoy en las negociaciones de streaming.
Cable, Concacaf y el Tetracampeonato, 1990‑2015
Más pantallas, apuestas mayores
El cable privado llegó a mediados de los 90, vendiendo paquetes de canales como Repretel y Fox Sports que retransmitían derbis por Centroamérica. El audio dual permitía a los ticos en EE. UU. alternar entre español e inglés, ampliando la audiencia.
El momento global llegó el 24 de agosto de 2014, un frenético 4‑4 subido a YouTube en cuestión de horas. Diez años después, los memes reciclan el empate agónico de Ariel Rodríguez.
La taquilla toca techo
Los récords de asistencia siguieron al auge televisivo. Durante el Clausura 2025, la Liga Promerica registró 434 221 espectadores y ₡1,31 mil millones en taquilla—su mejor marca (UNAFUT, 2025). Saprissa por sí solo recibió 118 092 aficionados, embolsando ₡264 millones (Saprissa, 2025).
El histórico tetracampeonato
El 26 de mayo de 2024 Saprissa venció 3–0 a Alajuelense y selló un tetracampeonato, su cuarto título consecutivo—ESPN lo documentó con amplitud. Los clips del balón picado de Luis Paradela inundaron las redes, mostrando cómo el video social comprime la gloria local en momentos compartibles.
¿Por qué importa un cuarto título al hilo? Solo otros tres clubes latinoamericanos lo han logrado, colocando a Saprissa en la élite continental.
¿Dañó la rivalidad? Al contrario: la asistencia liguista creció 11 % la temporada siguiente, hambrientos de revancha.
Era del Streaming y la Diáspora, 2015‑2025
Derechos fragmentados y nuevos porteros
En 2025, los derechos en EE. UU. se reparten: DirecTV posee la señal lineal y ViX la OTT. En casa, la franja “Fútbol Nacional” aún marca 6,12 puntos de rating en Teletica (CentroTV, 2025). Con los partidos divididos entre plataformas, los fanáticos acumulan suscripciones—reflejo de las tendencias deportivas globales.
Visión segura y global, a un clic
Los bloqueos geográficos son un dolor de cabeza: una saprissista en Madrid halla que ViX “no está disponible en su región”, mientras un bar en Nueva Jersey lidia con cortes en transmisiones piratas. Para muchos, la solución pasa por aprender cómo puede una VPN ayudarte a transmitir partidos de forma segura: cifrar el tráfico y conectarse a un servidor costarricense para acceder a la señal legítima sin exponer datos personales.
¿Es legal usar una VPN? Sí, en la mayoría de las jurisdicciones; la clave es suscribirse al dueño oficial de los derechos y usar la VPN solo para sortear bloqueos, no para piratear.
¿La piratería afecta realmente al fútbol nacional? UNAFUT estima que las señales ilegales restan hasta un 8 % de ingresos anuales por televisión—dinero que financia ligas menores y mejoras de estadio.
Legado y lo que viene
El Clásico sigue siendo pegamento cultural. Las escuelas menores transmiten en directo los derbis sub‑15, mientras los streamers analizan tácticas desde sus habitaciones. ¿El futuro? Transmisiones en 8K, comentaristas IA que permiten cambiar entre narraciones históricas, y estadios virtuales donde el aficionado podrá ver el partido desde el punto de vista del árbitro o del delantero.
¿Se agotará la rivalidad con tanta tecnología? Improbable: la cercanía geográfica y la historia compartida mantienen vivo el roce. ¿Cómo se sostendrá económicamente? Con modelos de suscripción fraccionada—paga por el minuto que veas—y derechos internacionales enfocados en la diáspora.
Conclusión
Del barro de los potreros a las plataformas de streaming, los Clásicos de Costa Rica demuestran que la pasión se adapta sin perder intensidad. La tecnología cambia la forma de ver, pero no de sentir. Mientras existan tambores que retumben y pantallas que iluminen, Saprissa y Alajuelense seguirán escribiendo capítulos que crucen fronteras—y los aficionados, estén donde estén, encontrarán la manera de no perderse ni un minuto.