Marco esplendoroso. El domingo estadio Ricardo Saprissa Aymá se volvió a vestir de gala para albergar el encuentro final; el conjunto morado se encontró a una afición entregada en cuerpo y alma, con un espectacular recibimiento nuevamente pero especialmente con miles de voces de aliento que querían llevar en volandas a los suyos a la victoria. Ante un marco tan espectacular no hay jugador en el mundo que viendo a su hinchada volcada en tal algarabía no transforme toda esa energía positiva en un incremento de revoluciones; la inyección anímica de la afición puesta al servicio de unos jugadores talentosos y a un técnico que ha devuelto al Saprissa a su lugar ha sido la combinación perfecta para tener al equipo en la posición actual.
Marcador corto. Ante una tarde tan apoteósica como el día de ayer el único reproche que se podría hacer es que el resultado no fuera más abultado; los tibaseños avasallaron a los dirigidos por Hernán Medford desde el minuto uno al noventa, redujeron al conjunto rojiamarillo a la mínima expresión al punto que no les permitieron realizar ni un solo tiro a portería. Mientras los morados fueron una avalancha de opciones que fueron contenidas de forma espectacular por un gran Esteban Alvarado quien ante panoramas adversos siempre saca sus mejores actuaciones. Al final dos goles de táctica fija que hicieron justicia a lo visto en el verde juego, sin embargo, la afición quedó con esa sensación en el paladar que la supremacía no quedó del todo plasmada en el tanteador.
DT Campos. Se dice que el fútbol es de los jugadores y por supuesto así es, sin embargo, esta aseveración tiene sus matices. El director técnico Jeaustin Campos ha devuelto muchas señas de identidad al equipo morado que se fueron perdiendo a lo largo de estos años; ha dotado al equipo de un espíritu de lucha y su mensaje ha calado en el colectivo de los jugadores al punto que en la cancha se ve un equipo sumamente agresivo en el ataque, bien trabajado en la táctica fija, con un equilibrio defensivo que hace años no se tenía y con una solidaridad de marca y entrega para recuperar el balón que provoca que el rival no tenga las suficientes armas para contrarrestar todo este arsenal. La lectura que tiene Campos lo ha hecho hacer apuestas que le han dado resultados inmediatos, sin ir más lejos, de nuevo se decanta por Orlando Sinclair para el encuentro final, y el ariete le devuelve esa confianza que goles (su víctima favorita es el herediano) y buen fútbol. Si el sábado logra alzarse con el cetro, el estratega se hará dueño de algunos récords que aquí estaremos dilucidando en próximas columnas.
Lección aprendida. La gloria morada se encuentra un paso; ayer se ganó el primer tiempo de una serie de ciento ochenta minutos y ahora toca afrontar esa segunda mitad y en terreno enemigo. El Deportivo Saprissa debe tomar nota de lo sucedido en la fase anterior donde a pesar de salir victorioso del difícil reducto guadalupano; se sufrió muchísimo para conseguir el objetivo. Se debe administrar esta ventaja de forma inteligente y soportar ese “chaparrón” inicial con inteligencia. El equipo debe ser frío cabeza y caliente de corazón, evitar caer en el juego rival y no caer en provocaciones. Si todo esto se conjuga sumado nuevamente a todo el talento de los jugadores, la copa número 37 engalanará las ya abarrotadas estanterías de trofeos del equipo más grande de Costa Rica.
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