Noche de fiesta en San Juan de Tibás, la celebración del 50 Aniversario de la inauguración del Estadio Ricardo Saprissa Aymá se vivió por todo lo alto, con una afición entregada a su equipo (lamentablemente se mantiene el aforo reducido); poco importó el torrencial aguacero que acompañó la noche, porque lo que se vivió en el terreno de juego fue un huracán de buen fútbol como hace mucho no se veía en las tiendas moradas.
Estos últimos cuatro juegos han catapultado al Deportivo Saprissa a la parte de alta de su grupo y ya tiene al Puntarenas FC a tan solo un punto de diferencia y con duelo directo el próximo domingo en la perla del Pacífico.
Que giro más espectacular ha dado el equipo morado en tan solo diecinueve días de diferencia; aquella derrota en tierras norteñas nos dejó una imagen de escuadra tácticamente perdida, sin ideas claras de juego y con las luces de alarma encendidas por las sensaciones que se expedían hacia la grada.
Esa derrota fue catártica; desde la rueda de prensa ese día Jeaustin Campos mandó un mensaje a los suyos y el cambio en dinámica se ha traducido en los últimos cuatro juegos. Los números arrojan que en estas presentaciones se han anotado trece goles y se ha recibido solo uno; más allá de ello las puestas en escenas futbolísticas han ido creciendo en intensidad y calidad (salvo los 40 min del segundo tiempo frente al Cartaginés).
Desde esta misma columna se hizo la reflexión que hace mucho tiempo no se veía un Saprissa poderoso que intimidara a sus rivales con buen fútbol, y en donde la afición asistiera al estadio con la expectativa de ver caudal ofensivo y muchos goles a favor.
Frente a Grecia FC logramos ver ese equipo avasallador, que desarboló totalmente a su rival sin conceder acciones ofensivas rivales. El equipo ha estrechado líneas por ende en fase ofensiva combina mejor y provoca muchísimas acciones sobre el área rival, asimismo se ha logrado que en fase defensiva se ejecute una presión post pérdida infernal que ahoga la salida y hace que se recupere el balón más rápido. Es muy notoria la mejoría en la intensidad y en la solidaridad de todos para poder realizar todo esto de forma conjunta y ordenada.
Ante una victoria tan apabullante obtenida el día de ayer cuesta resaltar nombres propios, sin embargo, sí quiero destacar al argentino Mariano Torres. El talentoso volante fue el baluarte de la noche, de sus botas nacían las jugadas de peligro, administró la pelota de manera magistral en una superficie pasada por agua y fue el amo y señor de todas las jugadas a balón parado. Los ajustes tácticos ejecutados en las últimas semanas han venido a potenciar su juego y se ha vuelto a ver ese Mariano rutilante y que se ha ganado el cariño de la feligresía morada al punto que ya muchos hablan de cuando el argentino se retire su número 20 debe ser elevado a lo más alto de la gradería Este.
El asalto definitivo al liderato se dará el próximo domingo frente al Puntarenas FC; una cancha que se volvió una pesadilla para los morados. El objetivo primario de asumir la cima está a tiro y no se debe dejar escapar, siempre respetando a un rival como los chuchequeros que han hecho bien las cosas a pesar de mostrar algunas flaquezas en las últimas fechas. La cacería morada no debe detenerse y se debe visualizar en el horizonte primero el liderato de grupo y porque no el general que da acceso a la final.
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