En la década de los 90 cuando aún estaba activo, el delantero mexicano Hugo Sánchez dijo una vez que en Centroamérica parecía que se jugaba futbol con "pelota cuadrada", haciendo alusión a lo rudimentario del fútbol practicado en la región y lo fácil que era para México una eliminatoria mundialista.
Con lo mostrado por Costa Rica ante España el pasado miércoles en un mundial de fútbol, la verdad parecería a los ojos de de todo el planeta que aún 30 años después Hugo Sánchez sigue teniendo razón.
Lo mostrado por la Selección Nacional no tiene nombre y la palabra vergüenza se queda corta. Lo que pasa es que todos teníamos una venda en los ojos que nos cegaba de la realidad, una venda que nos pusieron con la clasificación al mundial. Ese vendaje se empezó a colocar contra Estados Unidos y se terminó de apretar cuando se venció a Nueva Zelanda.
Como se dio el milagro de una clasificación casi imposible podríamos intuir no decíamos nada porque la Fedefútbol básicamente no echaría en cara que no podíamos criticar porque el objetivo de la clasificación se había alcanzado.
Pero lo que no supimos en ese momento, era que debíamos exigirle el máximo a la Selección aunque estuviéramos en Qatar. Lo sucedido ante España es que se desnudaron en menos de 90 minutos todas las falencias técnicas, futbolísticas, mentales, gerenciales y logísticas que se venían acumulando en el fútbol nacional desde hace años.
Nosotros como aficionados debimos quitarnos esa venda antes, y señalar que no se jugaron fogueos en cantidad y calidad adecuadas. Casi que resulta evidente es que si Suárez no quería partidos antes del mundial era para no exhibirse en ridículo antes de la competencia. Debimos en su momento señalar que no hubo concentración de jugadores como en mundiales pasados y debimos denotar que Luis Fernando Suárez necesitó de una intervención externa de una comisión para enderezar la barca que se estaba hundiendo poco a poco.
En las vísperas del partido contra Japón, ahora es diferente el ambiente alrededor de la delegación en Qatar. Se fueron las risas, se concentró a los seleccionados, se sacó a la prensa de los entrenamientos, se eliminó la atención a los medios de comunicación y se acabó el famoso discurso irresponsable de decirle a los medios del mundo que "queríamos ser campeones del mundo". Es decir, luego de tragarnos el 7 a 0, se tomaron las acciones básicas mínimas que debían tomarse hace tiempo.
Dentro de las cosas que faltan por erradicar en estos eventos son las famosas "cenas familiares" de un grupo de seleccionados que se hacen en plena competencia mundial que parece que ya se volvieron tradición desde Rusia 2018.
El mundial nos ha quitado la venda, y resulta muy evidente que por más que un psicólogo barato nos venda la idea de que podemos ser campeones del mundo, se debe ser bueno y prepararse para eso, como todo en la vida. Ahora sin la venda, vemos que esta selección no fue bien preparada ni esta bien dirigida. Estamos a la luz del peor mundial en la historia de la Selección de Costa Rica, espero como tico estar completamente equivocado, pero es que ahora que no tengo la venda y hay luz, veo la realidad de las cosas con mas nitidez y objetividad.
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