La Federación Costarricense de Fútbol (FCRF) decidió aplicar mano dura.
En medio de un contexto donde el país ya ha vivido varios escándalos por manipulación de resultados, la entidad aprobó una reforma histórica al Código Disciplinario que permitirá castigar con dureza a cualquier club o dirigente que participe en amaños de partidos.
A partir de ahora, quienes incurran en estas prácticas se exponen a pérdida de puntos, descenso de categoría o incluso expulsión definitiva del fútbol nacional.
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Una reforma con dientes
Las modificaciones al reglamento fueron elaboradas por Carlos Ricardo Benavides, Oficial de Cumplimiento de la FIFA en Costa Rica, y recibieron la aprobación unánime del Comité Ejecutivo de la FCRF.
El cambio marca un antes y un después: hasta ahora, el reglamento carecía de artículos específicos sobre amaños, dejando las sanciones a criterio de la Comisión Disciplinaria. Ahora, las penas están claramente establecidas y con un marco jurídico que busca cerrar cualquier vacío legal.
El pasado 3 de noviembre, la Federación envió una carta oficial a todos los clubes de Unafut y Liga de Ascenso, notificando los ajustes que entran en vigor de inmediato.
Nuevas obligaciones para los clubes
Con las reformas, cada club está obligado a crear su propio protocolo interno contra la manipulación deportiva y designar un oficial de integridad, quien deberá estar registrado ante la FCRF. Este funcionario será responsable de prevenir, detectar, denunciar y documentar cualquier intento de amaño.
“El club no puede quedarse pasivo ni esperar a que la FCRF lo investigue; tiene la obligación de informar por escrito y de forma inmediata a la Oficialía de Integridad todas las acciones adoptadas”, señala el documento.
El texto advierte que la negligencia u omisión también será sancionada. Los castigos pueden ir desde suspensiones de tres a seis partidos hasta la pérdida de categoría si hay reincidencia.
Además, las personas que participen directamente en la manipulación de partidos —jugadores, dirigentes o intermediarios— enfrentarán castigos de entre cinco y veinte años fuera del fútbol, junto con multas que van desde ¢5 millones hasta ¢25 millones.
Sanciones ejemplares para dirigentes y clubes
La FCRF fue contundente: si se comprueba que un amaño fue cometido o tolerado por la dirigencia, el club podrá ser castigado con la deducción de 20 puntos, exclusión de la competencia o descenso automático.
“Los clubes tienen la obligación directa de prevenir, detectar, denunciar y corregir cualquier conducta vinculada con la manipulación deportiva, ya sea dentro o fuera del terreno de juego”, advierte la resolución.
Escándalos recientes que encendieron las alarmas
Costa Rica no es ajena a este tipo de casos. En los últimos años, varios equipos han sido señalados por presuntos amaños, lo que llevó a la Federación a tomar cartas más firmes.
• En 2024, el Puerto Golfito FC fue declarado culpable de manipulación de resultados y suspendido por diez años de toda competencia oficial.
• Ese mismo año, el Municipal Turrialba se vio envuelto en un escándalo cuando tres de sus dirigentes fueron sancionados con cinco años fuera del fútbol, tras denuncias de jugadores que aseguraron haber recibido ofertas de $300 para perder con un marcador específico.
• Además, sigue abierta una investigación en Primera División por un supuesto amaño entre Santos de Guápiles y Guanacasteca, correspondiente al torneo 2024.
Estos casos pusieron en evidencia la fragilidad del sistema disciplinario costarricense y empujaron la creación de una política de “tolerancia cero”.
Una advertencia con mensaje claro
Con las nuevas reglas, la Federación busca recuperar la credibilidad del fútbol nacional y blindar el campeonato ante prácticas que atentan contra la esencia del deporte.
El mensaje es directo:
“Quien amañe, se va.”
El fútbol costarricense entra así en una nueva era, donde la integridad deja de ser un ideal para convertirse en un principio obligatorio.


