“MÁS ALLÁ DEL GOL…” (I Parte)
“Es una decisión difícil, pero hay que tomarla…” (Enrique Iniesta)
Sorprendió al mundo del balón que un futbolista en la cresta de la ola, en época de recoger cosecha, tras lo mucho y bueno sembrado, decida retirarse del excelente escenario y pasar a un segundo plano, con un nivel de exigencia mínimo y donde todos sus esfuerzos serán más que suficientes para jugar, competir y disfrutar. Se trata de Enrique Iniesta, que del “doblete” en el F.C. Barcelona y posibilidades de luchar por todos los títulos, decide colgar la camisola blaugrana y trasladarse a un menos o poco estresante fútbol para un futbolista de clase A y máximo nivel, que todas sus acciones sean sobredimensionadas sin necesidad de jugar “a muerte” más de 70 partidos por temporada y que cada resultado no genere una cascada millonaria de reacciones, para bien o para mal. Y eso es lo que implica estar en lo más alto de la exposición mediática y en un club cuya actividad es sometida a crítica, no solo por su afición, sino hasta por la rival, minuto a minuto.
El cuerpo humano está dotado para la utopía, romper barreras y paradigmas. Para ello cuenta con una computadora (cerebro) que guíe todas sus actividades y adecue las respuestas positivas y/ negativas. Y no toda persona, o en este caso deportista, está preparado para asumir riesgos, éxitos, frustraciones y depresiones de la vida rutinaria u ocasional. Máxime si, en el trajín de cada jornada, existen otros factores externos, como son la inapetencia, la resistencia a dar el máximo o, lo que es peor, la desgracia de amigos o familiares.
El popular “crack” Iniesta, tuvo episodios depresivos que de pronto se le manifestaban… Se le quitaban las ganas de entrenar, no disfrutaba una salida familiar con su esposa e hijos o se veía incapaz de asumir la absurda muerte de su gran amigo, el también futbolista Dani Jarque, por cierto, españolista y rival casual.
Y es que se llega a ese punto de inflexión, cuando el hombre decide no encontrarse capacitado para seguir… Y el supuesto escenario glorioso es visualizado como una cárcel con rejas de oro, donde el que está atrapado no es el futbolista sino la persona. Y aunque quiere, no pude huir… Necesita tratamiento psicológico para recuperar esas sensaciones que harían feliz a cualquier futbolista de tan alto nivel; mientras eso sucede, Iniesta da un paso al costado, se retira del foco principal y busca escenarios más discretos, menos estresantes y de perfiles mucho más bajos…
Mañana sigue…
Para: Everardoherrera.com
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