Está cubierta de papilas gustativas, y es crucial en la articulación de sonidos del lenguaje colaborando con los labios, dientes y el paladar. De esa forma crea los diferentes fonemas.
Las abuelas usaban el término “ nos mordemos la lengua”, cuando se guardaban las sandeces que rondaban por su cabeza.
La lengua a veces las personas la desconectan del cerebro, dicen lo que no deben decir, y se comportan como el agua en una botella que piensa que tiene la forma de la botella.
Entrenadores, presidentes de equipos y dirigentes aseveran cosas para presumir, alardear o fanfarronear del poder que ellos mismos se arrogan, pero perjudican a quien representan.
Escuché a un presidente-entrenador que había contratado siete jugadores para el próximo torneo. ¿Qué pensarán los actuales jugadores de este equipo si la planilla es de 25? Restemos: 25 - 7 igual 18 los que quedan para el próximo campeonato.
Quizás los jugadores al escuchar esta noticia se llenan de pánico. Tal vez comienzan a buscar otro club, o dejan de esforzarse cuando los necesiten. ¿Le ayuda estas contrataciones anunciadas a subir el nivel de juego en estos últimos partidos de la primera fase?
Otro dejó el timón del equipo siete partidos por una calentura. El número siete tiene muchas interpretaciones. Se puede analizar desde el lado religioso, los colores del arcoíris o las fases de la luna. En estos casos quizás fue la luna la culpable.
En esta fase del campeonato los entrenadores se quejan de conspiración de los árbitros, el VAR y de la Presidenta de UNAFUT, cuando el problema es que sus equipos apelaron a la autodestrucción por los malos pases, la falta de disciplina táctica y confusión mental.
Cuando faltan siete fechas, lo mejor son las conferencias de prensa, aunque el destape comienza durante los partidos y en redes sociales.
WhatsApp, Facebook, Instagram y Twitter, más los programas deportivos en radio y televisión, se despachan sin complejos para hacer reír y hacer las jornadas futboleras interesantes.
Lástima que la prensa escrita eliminó el análisis y el periodismo interpretativo. Pero ni modo. Todo cambia, como dijo la cantante Mercedes Sosa.
Regresemos a la lengua. ¿Quién sostiene ese músculo escondido en la boca? ¿Cuántos entrenadores y dirigentes logran decir cosas coherentes?
La mayoría no maneja ni las 500 palabras necesarias, según estudios semánticos, para lograr una comunicación básica, y entonces lanzan los mismos vocablos para amedrentar y que muchos llegan a creer.
*Máster en Comunicación. Lic. en Periodismo. Lic. en Educación Física. Entrenador de futbol y baloncesto