En la isla, a donde Maradona viajó para hacer un tratamiento de desintoxicación de seis meses que se extendió a cinco años y que, según lo que se ha sabido, se convirtió en el escenario para fiestas y otros eventos excesivos, Fidel Castro le obsequió una casa para que él y su círculo íntimo estuvieran cómodos.
El inmueble está ubicado en un complejo urbano del centro de salud La Pradera y fue entregado luego de una reunión que mantuvieron el dictador cubano y el futbolista.