Chris Froome y su entorno son ahora mismo un mar de dudas. El británico quiere, pero no puede, y eso es una realidad que la carretera le está demostrando prueba tras prueba con el equipo Israel Start-Up Nation.
Así se lo han hecho saber las dos últimas carreras en las que ha participado acumulando más de diez días de competición en apenas dos semanas.
“Hay mucho trabajo todavía por delante. Confío en seguir progresando y, obviamente, intento regresar a mi antigua forma. No puedo decir cuándo va a ser, es un proceso muy largo. Voy a seguir trabajando todo lo que pueda para conseguirlo”, declaró Froome a CyclingPro.
En la contrarreloj de 16 km que clausuró, este domingo, el Tour de Romandía, Froome se clasificó en el puesto 109 entre los 120 ciclistas que tomaron la salida, a 3:23 minutos del ganador de etapa, el francés Rémi Cavagna (Deceuninck-QuickStep).
En junio de 2019, cuando procedía al reconocimiento del recorrido de la contrarreloj del Dauphiné, Froome sufrió un accidente que le produjo múltiples fracturas: cadera, fémur y codo derechos, junto a cuatro costillas y el esternón.
Las malas condiciones meteorológicas durante el Tour de Romandía, la lluvia y el frío, no le han ayudado al británico, que sufrió un catarro. “Ha sido una semana dura, el tiempo ha sido muy malo y en los últimos días he sufrido del pecho, pero quería terminar a toda costa y mirar hacia adelante”, explicó.
“Ha sido un buen bloque de competición para conseguir intensidad en las piernas”, subrayó el británico, que esta temporada ha competido, además, en el Tour de los Emiratos, la Volta a Cataluña y el Tour de los Alpes.
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