Fue la primera victoria de Costa Rica sobre Uruguay en la historia.
El valor tico
Nunca antes un equipo centroamericano había dado tal demostración de solidaridad, valor y sentimiento profundo de lo que es el futbol como lo hizo Costa Rica en el Estadio Castelao de la ciudad de Fortaleza.
La satisfacción de un pueblo entregado a su futbol debe ser extrema, espectacular, pero sobre todo merecida. Que justo es el futbol cuando un equipo logra manifestar en el marcador lo realizado en el campo de juego, el hambre contra la arrogancia, las ganas de trascender contra la pereza, las nuevas generaciones contra los viejos uruguayos.
Hace cuatro años Uruguay, pese al estupendo sitio que ocupó en Sudafrica, no era real, fue un espejismo derivado de la suerte, de un destino que parecía estar ya escrito, pero de un futbol muy modesto y poco ambicioso.
Cuando tuvo que jugar con valentía no lo hizo y perdió la Semifinal contra Holanda. Esta generación parece que perdió la oportunidad de ganar la Copa del Mundo y como se mostró ayer con España, un cambio generacional es urgente.
Claro que es pronto para enjuiciar a equipos que todavía tienen la oportunidad de clasificar a los Octavos de Final, pero el grupo en donde está Uruguay lo predestina a un fracaso rotundo y a los ticos a soñar, a superar el tan buen papel de Italia 90, cuando Luis Gabelo Conejo se convirtió en el símbolo del futbol costarricense.
Que maravilloso es que se refresque el futbol, que bien le cae a un Mundial esta victoria de Costa Rica basada, insisto, en el valor, en la solidaridad y en el talento.