La pomposidad de un campeonato logrado en condiciones nómadas que obtiene doble mérito al no tener una casa definida, se opaca de manera monumental con un pobre arranque en el que el Team no ha sabido sacar de si mismo la magia, el cambio, la chispa o el invento que tras seis fechas, le permita sumar de tres unidades.
Como una relación desgastada, donde ambas partes saben exactamente los gestos, los gustos, las manías, los antojos y las costumbres del otro, donde la sorpresa ya es nula e inexistente, donde la monotonía acaba rompiendo lazos que pintaban para durar años, así se rompe el juego del campeón nacional, donde la madurez del planteamiento táctico contrasta de manera grosera con el único modelo de ataque de los florenses. Hay al menos seis jugadores, por mencionar a los que normalmente tienen minutos, que juegan en la posición de volante por los costados, entre todos estos, como mínimo, Herediano realiza quince centros por encuentro, ese número crece si se suman los lanzados por los laterales y esto ya lo conoce de manera perfecta cualquier rival que le enfrente, ya no los toman desprevenidos y por supuesto, los rivales acaban controlando fácilmente la falta de creatividad en la línea de la mitad del campo del club centenario.
Es grosero señalar puntualmente, más la línea de ataque, a pesar de que fue de las que más incorporaciones obtuvo, continúa navegando en la incertidumbre que cuáles nombres saltarán a la grama para buscar las anotaciones. El sacrificio no siempre se ve en la cancha y esto lo resiente la afición que ya pide salidas, a veces con la cabeza caliente, de algunos jugadores que no han aportado a la causa rojiamarilla.
Como último punto de las claras falencias que he notado en el Herediano, me veo en la obligación de mencionar con completo criterio personal, el error monumental de no colocar al segundo portero de la selección nacional, Esteban Alvarado, como arquero titular del equipo. La temporada anterior de Bryan Segura fue monumental y en gran parte el equipo llegó a la final gracias a su accionar, pero cuando estás en una carrera de velocidad, no es normal que escojas un auto eléctrico, que es muy bueno, que te cumple y que te lleva del lugar A al lugar B, sobre el monoplaza de Fórmula 1.
El torneo ya igualó aquel fatídico arranque con Fernando Palomeque en números, si por la víspera se saca el día, sabemos que Herediano normalmente cierra fuerte cuando arranca de manera pobre, más la feligresía florense ya exige un cambio, ya el “Si no se sufre, no es Heredia”, pasó de moda, ya llegó la hora de demostrar que el Team en efecto, es grande entre los grandes.
Cartaginés en la mira es la oportunidad perfecta para demostrar que de los baches se sale, rival histórico que perfectamente, como pasó con una escuadra pasando Río Segundo, podría ser el aliciente que levante al Herediano que al día de hoy, no tiene en absoluto pinta de campeón defensor.