Para las nuevas generaciones, ‘el Piojo’ Herrera es un entrenador exitoso que ayudó a llenar de trofeos las vitrinas del América, además de que rescató a la selección mexicana del barranco, pues asumió las riendas del ‘Tri’ para superar el repechaje interzonal contra Nueva Zelanda en 2013 y llevarlo a rendir una gran participación en el Mundial Brasil 2014, donde un inexistente penal neerlandés terminaría marcando su eliminación en octavos de final.
Su labor como futbolista, en cambio, no fue tan sobresaliente, siendo quizás su paso por el Atlante (1991-1995) su mejor etapa en el balompié azteca. En ese breve tiempo al servicio de ‘los Potros de Hierro’ alcanzó un subtítulo de clubes de la Concacaf (cayó en la final ante el CS Cartaginés), y fue seleccionado en la eliminatoria mundialista rumbo a EEUU 94, cita en la que finalmente no sería incluido por Miguel Mejía Barón.
Y es que hay que ser claros: Herrera era un futbolista si bien aguerrido, pero con un temperamento volátil que lo convertía en una bomba de tiempo para sus propios estrategas. Constantemente perdía la cabeza y se iba expulsado, comprometiendo así el trabajo de su equipo. Así le sucedió en su segundo partido con la selección mexicana, cuando apenas al 27’ se olvidó del balón y le propinó una patada artera al delantero hondureño Eugenio Dolmo Flores que motivó al finado réferi tico Ronald Elías Gutiérrez a mostrarle la tarjeta roja directa en el Estadio Azteca.
Árbitro tico lo echó de la cancha del Azteca. No se había jugado ni media hora del partido México-Honduras, eliminatorio para EEUU 94, cuando Miguel Herrera perdió la cabeza y le entró fortísimo al catracho Dolmo Flores. El silbatero costarricense Ronald Elías Gutiérrez no tuvo otra opción más que mostrarle la cartulina roja.
También se fue expulsado de forma tempranera en la anteriormente mencionada final del área ante el conjunto brumoso en 1995, pues agredió a Heriberto ‘el Chimi’ Quirós; ello cuando el marcador era desfavorable para el Atlante, 0-2 al 34’. Asimismo, quise compartir con el estimable lector de everardoherrera.com otro desafortunado hecho antideportivo de Miguel Herrera, y que involucra a dos legionarios costarricenses…
El 2 de febrero de 1997 Hernán Medford y Roy Myers intentaban abrirse camino en la siempre exigente primera división mexicana. Al servicio del recién ascendido Pachuca, se combinaron con los argentinos Lorenzo Sáez, Guillermo Rivarola y José Luis Villarreal, todos a las órdenes del también che José Yudica, para exhibir un irregular rendimiento colectivo, pues aunque los ticos siempre brillaron en aquella campaña 96-97, el cuadro ‘tuzo’ alternó malos partidos con enormes triunfos; dentro de estos últimos estuvo la goleada de ese día que en el Estadio Hidalgo le propinaron a Toros Neza. 4-1 se impuso el Pachuca, con dos anotaciones de Sáez y dos de Medford. Por cierto, los dos tantos del ‘Pelícano’, señalados al desaparecido arquero mundialista Pablo Larios, le permitieron alcanzar la centena de goles en su carrera.
En otras curiosidades de ese juego, con los de Nezahualcóyotl jugaron muy buenos artilleros foráneos como el chileno Rodrigo ‘Pony’ Ruiz, el argentino Antonio ‘el Turco’ Mohamed, y un viejo conocido del fútbol nacional: el brasileño nacionalizado salvadoreño Nildeson da Silva Melo, goleador y campeón con el CS Herediano en la temporada 92-93. Responsable del banquillo estuvo Enrique ‘Ojitos’ Meza, el mismo técnico que sufriría en carne propia el histórico Aztecazo de 2001.
Roy Anthony hizo magia en el mediocampo del Pachuca, alimentando tanto a Hernán como a Sáez. Así le pasaron por encima al conjunto visitante, que alineó esa vez a un Miguel Herrera que sufrió con cada corrida de Medford, y que se vio mal con las florituras de Myers. De tal forma, el temperamental zaguero azteca se fue calentando, hasta que una vez que Antonio Marrufo sonó su silbato para terminar la contienda, se fue detrás de Roy Myers -quien caminaba hacia los camerinos- y le propinó dos golpes en la cara, dejando tumbado al de la Francia de Siquirres mientras el azteca salió corriendo a esconderse. “Fue una agresión cobarde; no es de hombres”, se quejó entonces Roy. Hernán, por su parte, quiso cobrarse la agresión a su compatriota y corrió a buscar a Herrera: “Por dicha los compañeros y el árbitro me detuvieron”, acotó. Aquella terminó siendo una más de las actitudes bajas que Miguel Herrera solía adoptar cuando lo vencía la frustración, para infortunio de nuestros dos legionarios…
El Piojo fue sancionado. A raíz de la cobarde agresión en contra de Roy Anthony Myers, el entonces defensor mexicano Miguel Herrera sería sancionado con tres partidos de suspensión, una pena que se quedaría corta, dado el recurrente mal proceder del jugador azteca. La Nación dio cuenta de aquel hecho.
Como comentario personal, es necesario aclarar que la labor de nosotros los historiadores de fútbol no consiste en acomodar los hechos sucedidos hace ya varios almanaques, como más le gustaría a los protagonistas ni a los dirigentes actuales, pues el proselitismo y la manipulación de historias jamás debe tener cabida en el trabajo de ningún historiador. Nosotros simplemente nos encargamos de recordar y narrar los eventos tal como ocurrieron.
Por otra parte, siempre hay que concederle a las personas tanto el derecho de explicar y justificar sus acciones pasadas, como de aceptar y confiar en sus propósitos de mejorar de cara al futuro. Así las cosas, podemos concluir que los desafortunados yerros de comportamiento como futbolista del actual timonel de ‘la Sele’, deberían concebirse como propios del pasado, y no necesariamente tienen por qué repetirse en su actual faceta como director técnico. Todos hemos cometido errores, y merecemos que nos concedan la oportunidad de redimirnos…
Parece que el Piojo escogía a quién picar… En 2020 el exfutbolista argentino Germán Arangio recordó en una entrevista a ESPN la descomunal pelea que se armó en 1997 entre los jugadores de Toros Neza y la selección de Jamaica. El sudamericano señaló que esa vez su compañero Miguel Herrera no participó en la gresca contra unos fornidos caribeños que incluso se armaron de palos y piedras.
En el caso específico del enfrentamiento de Herrera con Myers y Medford hace 28 años, muy posiblemente los tres lo recuerden como un ejemplo más de lo ríspido que puede resultar el balompié, aun cuando en el fútbol nacional vivamos tiempos en que la violencia asoma cada vez más, prueba de ello los 21 futbolistas y miembros de cuerpos técnicos sancionados tras las series finales Saprissa-Herediano y Alajuelense-Herediano del último campeonato… En fin, muchos seguimos anhelando mayor prudencia y sensatez en los protagonistas del deporte que más nos apasiona…
* El autor Esteban Guevara es historiador de fútbol costarricense y responsable de la página de Facebook Gol de Camerino; pronto estará publicando el libro Nuestros primeros legionarios. Futbolistas ticos en el mundo 1875-1990.
** Las declaraciones de Roy Myers y Hernán Medford fueron tomadas de La Nación (3.2.1997)