Hoy es martes de eliminatorias. Juega ‘la Sele’, con la obligación de lavarse la cara tras la flojísima presentación del viernes anterior en Managua. Se espera que la selección haitiana termine pagando los platos rotos, etcétera, etcétera, etcétera…
Entonces, mejor vamos a referirnos a otra cosa, algo que nos haga olvidar el mal presente tricolor, y que más bien nos devuelva la ilusión que el mejor de los deportes nos inculcó desde que éramos niños… Porque, amigo lector, así era hace muchos años cuando Usted y yo empezamos a acercarnos al fútbol. Nos generaba ilusión… Y hoy que celebramos el Día del Niño, es una gran ocasión para evocarlo.
Ocho periodistas deportivos nacionales recordaron sus años de infancia, siempre ligados al balompié. Y como el tema de este espacio es el de nuestros ‘legionarios’, les consultamos sobre los primeros casos que recuerdan, cuáles sentimientos les despertaban a unos niños que aunque todavía no sabían que años después el destino los ubicaría en el periodismo deportivo, apenas empezaban a enterarse de que los futbolistas costarricenses podían vincularse a clubes extranjeros para competir internacionalmente. Se trata de una bonita iniciativa que, por un lado, pretende celebrar un día que nos recuerda la mejor etapa de nuestras vidas, y por otro, conmemorar los tres años de existencia que están cumpliendo estas columnas sobre legionarios en everardoherrera.com.
En primer lugar, es necesario señalar que los entrevistados conforman dos claros bloques generacionales, que permitieron un interesante contraste revelador de diferencias entre una época y otra… Así, figuras como Everardo Herrera, Alvin Obando, José David Guevara, Harold Leandro y Francisco Sanabria no lograron recordar casos de ‘legionarios’ en su niñez -que comprendió las décadas de 1960 y 1970-; algunos de ellos, incluso, afirmaron que en aquel tiempo Costa Rica no contaba con futbolistas en el extranjero…
Sin embargo, Roberto García sí se acuerda de algunos casos: “Recuerdo a Emilio Sagot, que jugaba con Orión y LD Alajuelense, y se fue a jugar a México, y Eduardo ‘Flaco’ Chavarría, que se fue a jugar al Torreón de México. Tengo conciencia clara de esos primeros legionarios que vi jugar, y por informaciones periodísticas supe que iban al exterior. Sagot, portero del Orión y LD Alajuelense, era un extraordinario arquero, muy bueno. En 1965, cuando perdimos la eliminatoria para Inglaterra 66 en dos juegos vibrantes contra México, tuvo una actuación memorable, y eso le valdría
su contrato en México poco tiempo después.”
Otros destinos de nuestros representantes futbolísticos correspondieron al istmo y la naciente liga estadounidense de finales de los 60. “Varios futbolistas de nuestra primera división viajaron a jugar a países centroamericanos, como Álvaro Cascante, que se fue a El Salvador, o ‘el Macho’ Arrieta, un portero que se fue a jugar a Honduras, y unos pocos años antes de ellos Marvin Rodríguez había jugado en el Municipal de Guatemala. Además, recuerdo claramente cómo en 1967 Édgar Marín, William Quirós y José Miguel Zúñiga, jugadores del Deportivo Saprissa, viajaron a Los Ángeles para jugar con los Clippers, cuando estaba empezando una nueva liga en los Estados Unidos. Fueron contratados ellos tres, junto con Roel Crawford de Limón”, acotó García.
Con respecto a los comunicadores mencionados de primero, el que no recuerden casos de legionarios de cuando eran niños se debe a la falta de seguimiento que la prensa tica de entonces le asignaba a los jugadores costarricenses que actuaban en el exterior; en eso coinciden todos. Y si el panorama lucía limitado con respecto a los medios, podía serlo incluso peor para los infantes aficionados como Harold Leandro, quien rememora las dificultades que encontraba en su natal Santa Cruz de Turrialba: “No había televisión, entonces no había mucha posibilidad de darles seguimiento a los jugadores. Sí había radio, y me acuerdo que mi papá nos reunía y nos poníamos a oír los partidos de Saprissa, Alajuela y la Selección. La radio era un asunto de mucha imaginación, porque no había imagen, y los locutores de aquel tiempo narraban muy bien los partidos, como ‘el Rápido’ Ortiz, y Jorge Pastor Durán de comentarista; en fin, había muchísimas figuras, como Javier Rojas, y narradores de gran fuste que nos pintaban los partidos.
Años después, me acuerdo que el primer partido que vi fue uno del Mundial México 70. En esa época yo tenía diez u once años, y me enamoré de Brasil y de Pelé. Y lo vi en blanco y negro. Como anécdota, recuerdo que en mi casa no teníamos televisión, pero había un señor Zamora que tenía el dispensario de mi pueblo, y ahí tenía un televisor; además tenía planta, porque no había electricidad. Entonces todo el pueblo se iba a ver, porque era el único televisor en el pueblo. Claro, los chiquillos en el suelo, y los mayores sentados cómodamente en la especie de sala de espera que había en el dispensario. Esa fue la primera vez que yo vi un partido, y de hecho fue la primera vez que yo vi televisión.”
Leandro concluye refiriéndose atinadamente a otra razón por la que los niños contemporáneos a él no se enteraban del todo sobre los legionarios, y consiste en el hecho de que en su época había otras distracciones que muchas veces terminaban acaparando su atención, como las visitas a potreros, pozas y bosques. A falta de los artículos electrónicos que bien o mal hoy están a disposición de los pequeños infantes, en aquel tiempo estos encontraban como mejor opción salir de sus casas para entretenerse en los lugares mencionados.
Porterazo tico se fue al balompié azteca. Uno de los legionarios que recuerda el periodista deportivo Roberto García de su época de niño, es el portero Emilio Sagot. De reflejos felinos, en nuestro país defendió las porterías del Orión y LD Alajuelense; en México actuó para el Zacatepec
En cuanto a los niños que intentaban seguir el fútbol nacional, Alvin Obando se refiere a la dificultad de tan siquiera imaginar en la posibilidad de ver a un futbolista costarricense jugando en las grandes palestras del balompié mundial: "Uno no pensaba en la opción de que nuestros mejores jugadores pudieran llegar a Europa, o a países como Brasil, Argentina o Uruguay. Se sentía como algo muy lejano - mucho por la falta de información en los medios-, ni siquiera cuando se le ganó a Italia en los Juegos Olímpicos Los Ángeles 1984. Francisco Sanabria complementa: "Cuando yo tenía 10 años se jugó el Mundial Argentina 78, y Costa Rica nunca había ido a un mundial. Lo más cercano serían los Juegos Olímpicos Moscú 80, en los que Costa Rica perdería los tres partidos. En ese tiempo FIFA nos calificaba como 'dueños de un fútbol artesanal'.
Ante la imposibilidad de ver legionarios ticos, la idolatría de los niños recaía en las figuras del medio local. Everardo Herrera comparte sus predilecciones futbolísticas de cuando era niño: "Los jugadores que más seguíamos eran Walter Elizondo, Javier 'Zurdo' Jiménez de Alajuelense, Leonel Hernández del Cartaginés, José Manuel ‘Chinimba’ Rojas del Barrio México, así como Asdrúbal ‘Yuba’ Paniagua, Édgar Marín y Francisco ‘Chico’ Hernández del Saprissa.”
Harold Leandro, por su parte, coincide con Everardo en cuanto a Elizondo y los tres futbolistas morados, y amplía: "Había muchos buenos jugadores en aquella época. Me acuerdo de Juan José Gámez, William Fisher Salgado, Errol Daniels, Edmond Gladstone Clark, Alfonso Estupiñán, Álvaro Grant McDonald, Javier ‘Michelo’ Masís, Hernán Morales y Bolívar Quirós".
José David Guevara aporta el nombre de dos futbolistas ticos que si bien nunca jugaron para clubes del exterior, tenían el nivel como para hacerlo: 'Dos guardametas costarricenses marcaron mi infancia: Marco Antonio Rojas y Alejandro González. El primero de ellos debutó en 1972 con el Deportivo Saprissa, en tanto que el segundo lo hizo en 1975 con la Liga Deportiva Alajuelense.
Se retiraron en 1990, lo cual me dolió pues para los ojos del chiquillo futbolero que fui resultó siempre refrescante ver a ambos guardametas en acción. Sí, era colirio para mis córneas, pupilas y retinas ser testigo del juego inteligente, elegante, valiente y felino de los dos. ¡Daba gusto asistir a un clásico del fútbol nacional y ver a estos gigantes luciéndose bajo sus respectivos arcos! ¡Eran amos y señores del área grande y chica! Imponían sus condiciones.
Los veía jugar y me remontaba al Mundial Alemania 1974, en el que el arquero teutón Sepp Maier había sido figura determinante para que su selección se coronara campeona del mundo. No me cabía la menor duda de que Rojas y González contaban con condiciones de sobra para brillar en equipos extranjeros. Ambos habrían cosechado muchos éxitos en importantes torneos de Europa, México, Brasil o Argentina. Contaban con la clase para hacerlo. Habrían sido legionarios de lujo, al nivel del delantero costarricense Alejandro Morera Soto en el FC Barcelona de los años 30.”
A propósito de 'Marquitos' Rojas, Roberto García recordó la ocasión en que el conjunto saprissista no les permitió convertirse en legionarios a dos jugadorazos de su plantel, entre ellos el cancerbero josefino: "En algún momento el Cosmos de Nueva York se interesó por él, pero Saprissa se opuso y no le concedió su libertad.
Lo mismo había pasado antes con Asdrúbal 'Yuba' Paniagua. Fue en 1972, cuando vino el Santos de Brasil, con Pelé. Saprissa le empató 1-1 en el Estadio Nacional, y ‘Yuba’ hizo una labor extraordinaria. Al terminar el partido, el Santos le pidió al Saprissa la oportunidad de que Paniagua se les uniera para continuar la gira internacional que realizaba el equipo. Lamentablemente eso no fue posible porque el Saprissa no lo permitió. Eran tiempos en que los jugadores prácticamente pertenecían de por vida a los equipos. Desde que eran niños, sus papás firmaban una boleta de competición, sobre todo con cuadros grandes como Alajuelense, Saprissa, Herediano y Cartaginés. Entonces esos jugadores no tenían la opción de decidir por ellos mismos. Así fue cómo ‘Yuba’ Paniagua se perdió esa gran oportunidad; a lo mejor se hubiera quedado en el Santos y hubiera brillado en el exterior…".
Con respecto a la consulta de qué sentía un niño al enterarse de los éxitos de sus ídolos ticos, ahora vistiendo la camiseta de un club foráneo, la respuesta del mismo Roberto García resulta curiosa y, al mismo tiempo, lamentable por un detalle del que no suelen escapar las nuevas generaciones, y es que la satisfacción de García se veía súbitamente opacada por el pensar de los aficionados mayores, por ejemplo cuando en nuestro país algunos medios destacaron la salida de futbolistas nacionales en los años 60 rumbo a México y a la naciente liga estadounidense: "Uno como niño aficionado de fútbol costarricense se sentía muy bien; fueron unas historias maravillosas que me dieron un gran orgullo. En aquel tiempo, todo eso nos
causaba mucho interés y entusiasmo… Aunque los aficionados más viejos -porque siempre ha habido disputas generacionales-, como mi papá y algunos vecinos del barrio, decían que los mejores habían sido Fello Meza y Alejandro Morera, y luego los que brillaron en Colombia (época de ‘El Dorado’), como también los hermanos Hernán y Óscar Bolaños que jugaron en Chile….
Diego Picado, el más joven de los entrevistados (36 años), recuerda su primer acercamiento al tema de los ticos que han jugado en el balompié foráneo: "Yo estuve en una academia que entrenaba Juan Cayasso en Belén. Me acuerdo que una vez él nos llevó a entrenar a una cancha de fútbol 5 -por cierto esa fue la primera vez que conocí el fútbol 5-, y recuerdo ver en uno de los cuadros que él tenía, una foto del Stuttgarter Kickers en la que él aparecía. Asombrado le pregunté: "Uy profe, ¿este es usted" Y él entonces nos contaba las historias de cuando jugó en Alemania, y aprovechaba para enseñarnos la importancia de hacerle caso al entrenador… Ese era su pergamino para demostrarnos que él sabía y que por eso debíamos aprender de él y seguir sus indicaciones. Eso sí, yo todavía no sabía muy a fondo la figurona histórica que era él para Costa Rica. Creo que ese fue mi primer
contacto con la idea de que el futbolista costarricense sí podía irse al exterior y hacerlo bien.”
Unos años después Paulo César Wanchope tendría su apoteósico estreno en la Premier League inglesa -gol y asistencia en la sorpresiva victoria 3-2 del Derby County ante el Manchester United en el propio Old Trafford-, y ese hecho marcaría el rumbo del actual miembro de prensa del Deportivo Saprissa: "Cuando le hizo un gol al Manchester, lo pasaron en todas las noticias… Yo todavía recuerdo el televisor de perillas donde vi a Wanchope celebrando el gol. Ya para entonces yo sabía que el Manchester United era un equipo grande, y el hecho de ver a un costarricense ahí en un escenario tan importante, a mí me explotó la cabeza, y me hizo como querer más… querer ver más costarricenses ahí, y también ilusionarme con el hecho de que yo, algún día como periodista deportivo, podía estar en esos grandes escenarios".
Golazo de Chope marcó a periodista deportivo. Paulo Wanchope acaba de anotarle un golazo al Manchester United en el propio 'Teatro de los Sueños' . Con el puño en alto, 'Chope' celebra su conquista. A miles de kilómetros de distancia, y desde un viejo televisor de perillas, el hoy comunicador Diego Picado no solo disfrutó la gesta del delantero tico, sino que además empezó a convencerse de dedicarse al periodismo deportivo.
A partir de entonces Picado empezó a ingeniárselas para descubrir y conocer más sobre nuestros legionarios, para lo cual a finales de los 90' se valió de los incipientes avances tecnológicos de la época, y es aquí donde se evidencian las diferencias generacionales referidas en los primeros párrafos del presente texto, pues los otros comunicadores crecieron en tiempos con prácticamente total carencia en ese aspecto. "Cuando el internet apenas empezaba a asomar, trataba de buscar por lo menos los resultados del ‘Machón’ Madrigal, Medford, Jafet, Fonseca, todo ese grupo de ticos que estuvo en México, que tal vez era un poquito más fácil de conseguir, pero de igual manera diferente a los tiempos actuales. Ya después me empecé a documentar, y así me di cuenta de que Ronald Gómez había jugado en la liga española, que Hernán Medford y Ronald González habían jugado con Davor Suker, y esto último, de lo que me enteré en 1998 -cuando el croata resultó máximo anotador del Mundial de Francia-, ¡significaba que había habido ticos compañeros del goleador de un Mundial! Todo eso para mí fue una motivación más".
Quien redacta estas líneas también recuerda su historia... Si bien a finales de los años 80 los legionarios ticos correspondían a esporádicos casos en el istmo, como Jorge Manuel 'el Gugui' Ulate, Jorge Chévez y Gerardo 'el Cholo' Villalobos en Honduras, así como Gerardo 'Gerry' Gómez en Australia, me acuerdo también de las veces que la prensa nacional publicaba acerca del interés de equipos extranjeros sobre algunos de nuestros seleccionados nacionales del proceso rumbo a Italia 90. En la mayoría de ocasiones se trataba de clubes que nos visitaban -al no asistir Costa Rica a Mundiales no había otra forma de que nuestros jugadores se exhibieran internacionalmente- y quedaban impresionados, por ejemplo, con el juego desequilibrante de Hernán Medford, o la capacidad bajo los tres tubos de Luis Gabelo Conejo... Incluso hubo un par de viajes para realizar pruebas en Europa, a cargo del 'Pelícano' y 'el Machillo' Ramírez...
Sin embargo, debo señalar que sí conocía sobre los casos de legionarios de antaño, principalmente gracias a las conversaciones futboleras con mi abuelo, exfutbolista de la primera división en los años 40. Mi abuelo Braulio 'Pollito' Solís siempre me contaba de los pasajes de Morera Soto y 'Fello' Meza por España y Argentina, respectivamente, del montón de ticos que jugaron en su momento en el balompié mexicano, sobre la vez que Chiseta Rojas se tuvo que devolver del fútbol español porque 'no se hallaba...'
Todas esas historias que 'Pollito' le contaba a un niño que empezaba a enamorarse del fútbol, hicieron crecer en mí un gran interés sobre las figuras que actuaron muchas décadas antes del juego tal como lo conocemos hoy... especialmente porque considero justo concederles el valor que se merecen como pioneros; para que Keylor Navas ganara tres Champions League con el Real Madrid, primero pasó por la liga española más de una decena de costarricenses que se encargaron de ir convenciendo a directivos y técnicos ibéricos de que sí era posible apostar por el
talento de jugadores oriundos de la misma pequeña república centroamericana en la que con mucho orgullo nacimos el estimable lector y yo.
Asimismo, me suscribo al criterio de Diego Picado con respecto a la misión ejemplarizante que tienen los legionarios ticos. Yo creo que no se dimensiona lo que hacen nuestros jugadores… Es decir, sí se sabe que ellos son ejemplo para la niñez -lo cual afortunadamente ahora se beneficia de las muchas facilidades tecnológicas disponibles-, pero tal vez no se enteran de que por ejemplo en mi caso, marcaron y direccionaron mi vida. Me motivaron tanto, que terminé haciendo coberturas en Mundiales, y he descubierto casos de ticos en el extranjero de los que no se tenía conocimiento, como Víctor Coto en Myanmar y Giuliana Di Bartolo en el Union Berlin de Alemania; todo eso es invaluable porque lo que hicieron conmigo, seguramente lo hicieron con cientos de niños en Costa Rica… Yo todo eso lo siento como un abrazo al Diego niño que sigue emocionándose al ver ticos en el exterior. "Exactamente, muchas veces nuestra niñez marca el rumbo que tomaremos en la vida, y así como Diego Picado ha alcanzado muchos de los sueños que se fijó desde el día que 'Chope' desparramó a toda la zaga del 'ManU' todos los demás colegas, Everardo Herrera, Alvin Obando, José David Guevara, Harold Leandro, Francisco Sanabria, Roberto García y su servidor Esteban Guevara, de una u otra forma terminamos haciendo lo que en algún momento soñamos cuando fuimos niños. Por eso hoy, Día del Niño, hago extensivo el abrazo al pequeño que fuimos alguna vez, el que corrió feliz detrás de un balón, y admiraba a los compatriotas que lo hicieron como legionarios. ¡Pura vida!
*El autor Esteban Guevara Solís es historiador de fútbol costarricense y responsable de la página de Facebook Gol de Camerino; pronto estará publicando el libro Nuestros primeros legionarios. Futbolistas ticos en el mundo 1875-1990.
**Un cordial agradecimiento a todos los periodistas deportivos que con la mayor gentileza compartieron sus criterios y colaboraron para esta publicación. También, muchas gracias a don Everardo Herrera por la oportunidad brindada durante los últimos tres años para desarrollar este espacio sobre legionarios costarricenses, para el disfrute de los lectores, a quienes también agradezco que sigan esta columna.