Esta noche la Selección Nacional cierra la penúltima fase de la eliminatoria rumbo al Mundial Norteamérica 2026.
Tras haber llenado de goles a Bahamas el sábado, el equipo de todos los ticos se aseguró el pase a la siguiente etapa, la cual será definitoria, pues de ella saldrán los tres y medio cupos mundialistas de la Concacaf.
De tal forma, el encuentro de hoy a las 7 pm es de mero trámite, aunque estará en juego el honor nacional, tal como lo demanda cada duelo en que nuestros seleccionados saltan al campo a representar a Costa Rica. Asimismo -y no es un detalle menor-, la afición podría volver a apreciar a Keylor Navas custodiando la portería tricolor.
Lucila Anuncio - UBICACION: Articulo
Contando al guardameta del Newell’s Old Boys, ‘la Sele’ cuenta con 16 legionarios que convocó Miguel Herrera para estos partidos eliminatorios, así como para la Copa Oro que iniciará dentro de cuatro días. Como podrá comprender el estimable lector de everardoherrera.com, tal cifra corresponde a la mayoría de la nómina tica, por lo tanto es normal que el timonel azteca arme su equipo partiendo de una base de ‘legionarios’, tal como sucede casi siempre…
Sin embargo, hay que señalar que en el pasado esa no era la norma. De hecho, el tema empezó a cambiar a partir de la década de los 90, básicamente a raíz de dos hechos concretos: la gran participación costarricense en Italia 90, que le abrió nuevos mercados futbolísticos a los jugadores de nuestro país, y posteriormente la llamada ‘Ley Bosman’, un revolucionario dictamen originado en Europa que permitiría aumentar a prácticamente ilimitados números la cantidad de extranjeros en las nóminas de clubes del ‘Viejo Mundo’. De rebote, la medida también terminaría abriéndoles a los ticos otros mercados en esta parte del Atlántico, pues al empezar las desbandadas a Europa, los equipos americanos suplirían tales plazas con foráneos de nuestro continente.
Así, la eliminatoria hacia la Copa del Mundo Francia 98 sería la primera en que Costa Rica pudo convocar a un número significativo de ‘legionarios’, que superó el par de casos que había habido rumbo a Estados Unidos 94: Javier Astúa (Morelia de México) y Hernán Medford (Foggia de Italia). Para el inicio de la fase clasificatoria de cara a la competición gala, en setiembre de 1996, el director técnico brasileño Valdeir ‘Badú’ Vieira convocó a seis seleccionados que en ese momento militaban en cuadros del extranjero. Eran ellos el mismo Medford, Roy Myers y Jafet Soto, quienes jugaban en México (los dos primeros con el Pachuca, y Jafet con el Morelia), Ronald Gómez, con el Sporting de Gijón en España, Rolando Fonseca con el Independiente de Medellín, y Allan Oviedo con el FAS de El Salvador. En otros casos, como Erick Lonnis y Ronald González, estos más bien tenían poco tiempo de haber retornado al fútbol nacional (ambos con Saprissa), tras sus truncados pasos por el Independiente de Medellín y el Pachuca, respectivamente.
Poder ofensivo de la Sele era aportado por legionarios. Rolando Fonseca y Ronald Gómez fueron los encargados del ataque costarricense en el inicio de la eliminatoria mundialista para Francia 98. ‘Rolo’, recientemente coronado campeón del ascenso mexicano con el Pachuca, había cambiado de aires y daba sus primeros pasos en el balompié colombiano con el Independiente de Medellín. ‘La Bala’, por su parte, tras obtener el título de goleo del torneo tico fue contratado por el Sporting de Gijón de la máxima categoría española, liga en la que aún no había debutado.
El rival de turno, y con el cual iniciaba oficialmente la eliminatoria del área, era Trinidad y Tobago en su sede del Park Queen’s Oval, un campo de cricket
acondicionado para el fútbol, por lo tanto, carente de las mejores condiciones para desarrollar el mejor de los deportes… Estados Unidos y Guatemala completaban la cuadrangular A en la que estaba ubicada ‘la Sele’. Y para agravar aun más el panorama, el viaje a la capital trinitense se llevó a cabo por vía a Venezuela, es decir, más extenso y desgastante que un recorrido directo a la isla caribeña.
Una semana antes del duelo de marras, Costa Rica y Chile se habían medido en encuentro amistoso escenificado en el Edgardo Baltodano de Liberia, y allí empezaron a suscitarse los problemas con los legionarios de ‘Badú’. Primero, los cuadros aztecas decidieron no prestar a sus seleccionados ticos para el partido contra la selección chilena -una práctica muy recurrente en aquel tiempo-, aduciendo que solo los facilitarían para el enfrentamiento eliminatorio en Trinidad y Tobago. Ante tal negativa, Vieira tomó la decisión de prescindir de sus tres legionarios del balompié mexicano, pues opinó que necesitaban disputar algún juego antes de encarar el clasificatorio frente a los trinitenses, y al no haber sido posible eso, prefirió emplear a otros que sí habían jugado en Liberia.
Costa Rica viajó a Trinidad y Tobago con importantes bajas. Los legionarios Jafet Soto, Hernán Medford, Roy Myers y Allan Oviedo habían sido convocados por ‘Badú’ Vieira para el inicio de la eliminatoria de la Concacaf rumbo a Francia 98, sin embargo, el técnico tricolor debió prescindir de la
participación de los cuatro.
En el partido contra Chile, por otra parte, se lesionó Allan Oviedo, quien sería baja por las siguientes tres semanas, descartándose por lo tanto su viaje a Trinidad y Tobago. Así las cosas, finalmente Costa Rica terminaría realizando la travesía con solo dos legionarios: Gómez y Fonseca. Estos se unieron a Lonnis, Hermidio Barrantes, Alexis Rojas, González, Mauricio Wright, Luis Marín, Javier Delgado, Alexander Madrigal, Vladimir Quesada, Mauricio Solís, Joaquín Guillén, Óscar Ramírez, Víctor Badilla, Keneth Paniagua, Norman Gómez, Leoni Flores, Javier Wanchope y Gilbert Solano, todos ellos piezas de conjuntos ticos, con los cuales asumieron el duro compromiso en el improvisado campo de fútbol.
De lleno en el juego, este estuvo entrabado, en un clima difícil y ante unos
oponentes con gran potencia y corpulencia física -como suelen ser los futbolistas del
Caribe-, pero dotados de muy buenas condiciones, como Craig Demmin, Clint
Marcelle, Anthony Rougier, Russell Latapy, Leonson Lewis y Arnold Dwarika, todos
ellos jugadores de equipos de ligas de Inglaterra, Escocia y Portugal. Aun así, la
Tricolor logró imponerse 1-0 con anotación de ‘la Bala’ Gómez, quien al minuto 9’ de
la complementaria sorprendió con un latigazo por bajo, imposible para el portero
Ross Russell. Desde ese momento, y durante los siguientes 36 minutos de acción,
la misión de ‘la Sele’ consistió en aguantar y administrar el balón, cosa que fue
minando el empuje de los locales, hasta que el árbitro hondureño Óscar Bardales
sonó su silbato y dio por terminado el difícil primer partido de Costa Rica en aquella
eliminatoria mundialista.
Balazo que valió tres puntos. Ronald ‘la Bala’ Gómez (a la derecha) ya soltó su fuerte disparo, desde unos diez metros más atrás del área grande. La zaga de Trinidad y Tobago nada puede hacer, y para Costa Rica será suficiente para ganar su primer partido clasificatorio hacia el Mundial Francia 98.
Hace 29 años ‘la Sele’ empezó con el pie derecho y sacó la tarea, pese a las vicisitudes descritas. Se trajo los tres puntos, y para ello debió sortear la repentina ausencia de cuatro de sus seis legionarios convocados originalmente; solo pudo contar con la participación de Rolando Fonseca y Ronald Gómez, pero fue suficiente para alcanzar una victoria que nos ilusionó a todos. Y es que a veces basta con la experiencia de uno o dos legionarios para echarse el equipo al hombro… ¡Pura vida!
* El autor Esteban Guevara es historiador de fútbol costarricense y responsable de la página de Facebook Gol de Camerino; pronto estará publicando el libro Nuestros primeros legionarios. Futbolistas ticos en el mundo 1875-1990.