En Colombia se abrió un debate acerca de la presencia de entrenadores locales o extranjeros. Con el tico Alexandre Guimaraes, recientemente campeón con el América de Cali, el tema toma aún más notoriedad.
Así lo expone la revista colombiana Semana, en una publicación dada a conocer en las últimas horas.
El artículo completo:
EL DILEMA PARA LOS EQUIPOS DE FÚTBOL COLOMBIANOS: ¿TÉCNICO NACIONAL O EXTRANJERO?
Para dar la vuelta olímpica en el Fútbol Profesional Colombiano (FPC) parece que existe un requisito: un entrenador extranjero. No hace falta remitirse a la década que terminó recientemente, que incluyó seis consagraciones de cuerpos técnicos internacionales. Basta con la temporada anterior para confirmarlo. América de Cali volvió a la gloria gracias al brasileño Alexandre Guimarães; Independiente Medellín levantó la Copa Colombia con el paraguayo Aldo Bobadilla, y Pereira dominó el ascenso de la mano del argentino Néstor Craviotto.
La influencia foránea es notable en la historia del FPC. El primer campeón, Santa Fe, fue conducido en 1948 por el peruano Carlos Carrillo Nalda. El dominio de los de afuera se extendería hasta 1959, cuando por fin ganó un técnico nacional: Gabriel Ochoa Uribe con Millonarios. Ni hablar en los setenta con ocho títulos para los directores no nacidos en el país.
De ahí que en el último tiempo varios equipos tradicionales acudieran a la fórmula extranjera para ganar de nuevo: Santa Fe con el argentino Gustavo Costas marcó época (el más ganador de la historia con cinco vueltas) y además le dio la primera Copa Sudamericana a Colombia con el uruguayo Gerardo Pelusso en 2015. Millonarios se sacudió gracias al argentino Miguel Ángel Russo (Liga y Superliga) y Junior domina en la actualidad gracias al colombo-uruguayo Julio Avelino Comesaña (tres Ligas y una Copa Colombia).
Pero la apretada situación económica de la mayoría de los equipos y la disparada del dólar han obligado a modificar el criterio. Ahora se acude más al técnico local. Si bien para la temporada 2020 seguirá la presencia foránea en los banquillos en ocho de los 20 equipos, con excepción de Guimarães, mundialista con Costa Rica en Alemania 2006, los demás entrenadores extranjeros no ostentan un palmarés importante. Bobadilla y Craviotto se ganaron la continuidad con sus primeros títulos; el uruguayo Guillermo Sanguinetti en el Cúcuta por llevarlo a cuadrangulares, mientras su compatriota Alfredo Arias es la apuesta del Cali, en reemplazo de Lucas Pusineri.
En cuanto a los que han acudido a la estrategia local, no todos lo hacen por necesidad u obligación. En el caso de Atlético Nacional la convicción es retomar el rumbo exitoso con el director técnico que hizo historia reciente: Juan Carlos Osorio; el mundialista con México en Rusia y seleccionador de Paraguay durante algunos meses tiene dos retos importantes: mandar de nuevo en liga y buscar la Sudamericana, el único trofeo continental ausente en las vitrinas del más campeón de Colombia.
Para dominar de nuevo en el país tendrá un serio oponente: el Junior de Comesaña. El director técnico, que en 1976 recibió la nacionalidad colombiana, es voz autorizada, como uruguayo de nacimiento, para analizar la influencia extranjera de los entrenadores. “Ha estado marcada por épocas”, dice.
“En la de El Dorado, por ejemplo, llegaron peruanos, argentinos y cada uno jugaba a lo que quería, la unificación de criterios era impensada. Lo mismo en décadas posteriores con la escuela yugoslava”, afirma el técnico.
Según Comesaña, “sobre los setenta y ochenta, con los Bilardo, Mujica, Cubilla, De León, esa línea del sur del continente fue influenciando y formando en cierta medida, pero la identidad la vinieron a dar Pacho Maturana y Bolillo Gómez a finales de la década de los ochenta. Ahí se parte en dos la historia del fútbol colombiano”.
Y para darle crédito al entrenador nacional en la actualidad, Alberto Gamero es el llamado a la reivindicación. De los más exitosos en el último tiempo con el Tolima, recibe premio al llegar a Millonarios, por el que acaba de pasar Jorge Luis Pinto; el que hizo historia con Costa Rica en el Mundial de Brasil 2014 no pudo alcanzar la estrella, como tampoco otros extranjeros con renombre. El brasileño Paulo Autuori y el español Juan Manuel Lillo fueron más expectativa que realidad.
Esta temporada, entonces, trae un nuevo desafío. Determinar si el director técnico extranjero sigue mandando o llegó el momento del colombiano. Lo cierto es que quien se consagre se cotizará en el mercado. O que lo digan Russo, que asume su segunda etapa en Boca Juniors, y Pusineri, quien regresó a su país para dirigir a otro grande del continente: Independiente.