RAMOS LLEGÓ A 100 PARTIDOS EN COMPETICIONES EUROPEAS
EL ZAGUERO MARCÓ EL QUINTO DOBLETE DE SU CARRERA
LLEGÓ A 68 GOLES CON LA CAMISETA DEL MADRID
EL TICO KEYLOR NAVAS TUVO UNA BUENA ACTUACIÓN
Sergio Ramos salvó al Real Madrid cuando más estaba sufriendo en San Paolo para decantar a su favor el partido de vuelta de octavos de final de la Champions League ante el Nápoles (1-3) y el pase a la siguiente fase.
Dos tantos provocados por el camero (uno, suyo; otro, en propia puerta de Mertens, según la UEFA) sacudieron los nervios y el peligro que se cernía sobre la meta de un Real Madrid que, hasta el momento de la remontada, lo había pasado muy mal ante un Nápoles asfixiante y pegajoso que a base de intensidad y mucha presión consiguió encerrar a los de Zinedine Zidane en su campo.
Con la 'BBC' desconectada y dudas en defensa, el Nápoles fue acumulando llegadas y, finalmente, el tanto llegó. Fue en el minuto 24, cuando Mertens aprovechó un genial pase entre líneas de Hamsik para hacer el 1-0 de tiro cruzado. El belga estuvo a punto de hacer saltar la banca en 38', con otro disparo, esta vez al palo.
El Real Madrid tuvo alguna que otra contra, pero solo llevó peligro en una acción: un mano a mano de Cristiano Ronaldo que, tras regatear a Reina, estrelló la pelota en el palo.
El inicio de la segunda mitad fue una continuación del guión de la primera, con un Nápoles vertiginoso y trabajador, pero esta vez no duró mucho. Ramos, con un cabezazo a la salida de un córner botado por Kroos, igualaba el partido. Casi sin tiempo para deleitarse en su 'duende' con el gol, hacía el segundo, en otro saque de esquina de Kroos que remató de nuevo con la testa para el 1-2, aunque la UEFA le dio el gol a Mertens en propia puerta. En el descuento, Álvaro Morata (ex de la Juventus) ponía la puntilla al aprovechar un rechace de Reina a un disparo de Cristiano Ronaldo.
Con muchos aspectos en los que mejorar, pero con el inmejorable comodín de su relación de amor con la Champions (canalizada en Ramos), el Real Madrid ya está en cuartos. Es su competición, es su casa: da igual lo mucho que se trabaje en contra suya. Domina todos los elementos que influyen en la consecución de la 'Orejona'. Bien lo supo el Nápoles.