El conjunto del Leicester se dio un homenaje el día en el que levantó el título de la Premier League conquistado el pasado lunes, y derrotó por un contundente 3-1 a un pobre Everton, gracias a un doblete de Jamie Vardy y a un tanto del centrocampista Andy King. En la escuadra visitante el costarricense Bryan Oviedo jugó todo el partido.
En un día que quedará grabado en la retina de los aficionados del conjunto entrenado por el italiano Claudio Ranieri recibió el título liguero después de una jornada festiva que contó con la actuación estelar del tenor italiano Andrea Bocelli.
Bocelli, que lució una camiseta del Leicester con su nombre a la espalda, hizo las delicias de los hinchas que abarrotaron el King Power Stadium al interpretar el aria "Nessun Dorma", de la ópera Turandot, de Giacomo Puccini, y la canción "Time To Say Goodbye" ("Con te partirò") en los prolegómenos del partido.
Apenas cinco minutos tardaron los locales en perforar la portería visitante, cuando el '9' se adelantó a Byran Oviedo y a John Stones y remató desde dentro del área un gran centro de Andy King para subir el 1-0 al marcador.
El Everton, tras una decepcionante temporada, parecía no querer arruinar la fiesta de los 'foxes' y apenas dio muestras de querer competir este sábado.
Pasada la media hora, King, sustituto en la medular del sancionado Drinkwater, dobló la ventaja de los suyos tras aprovechar un rechace en el punto de penalti después de una buena jugada personal del argelino Riyad Mahrez.
Ya en la segunda mitad, Vardy incrementó su cuenta goleadora con su segundo tanto de la tarde; en el 67, el joven zaguero Matthew Pennington zancadilleó al delantero dentro del área y el propio Vardy no falló desde los once metros.
Pudo marcar su tercer tanto el ariete en el 72, pero esta vez no acertó a rematar entre los tres palos un nuevo penalti, cometido por Darron Gibson sobre el extremo Jeffrey Schlupp, quien había entrado poco antes por Marc Albrighton.
El Everton anotó el gol de la honra en el minuto 88 tras a una jugada personal del belga Kevin Mirallas, que consiguió irse con mucha fortuna de N'Golo Kanté y Marcin Wasilewski y batió a Kasper Schmeichel en su salida.