Lionel Messi fue expulsado por primera vez en su carrera con el Barcelona en la final perdida de la Supercopa de España. Lo hizo tras golpear a Asier Villalibre en la cara al cierre de los tiempos extra ante el Athletic de Bilbao.
La primera tarjeta roja en 753 partidos fue el triste epílogo a una noche para el olvido para el argentino y para el Barça. La expulsión se produjo a instancias del VAR, ya que Gil Manzano no pudo ver en directo el incidente al no estar el balón cerca de la acción.
Una acción que le obligará a perderse, como mínimo, un partido, el del próximo jueves de Copa del Rey contra el Cornellà. Aun así, se espera una sanción más severa aunque el castigo no será máximo. En el acta, el colegiado extremeño indicó que expulsó a Messi por "golpear a un contrario con el brazo haciendo uso de fuerza excesiva estando el balón en juego pero no a distancia de ser jugado".
Habrá que ver cómo interpreta el acta el Comité de Competición. Si se considera que la acción es juego violento, la sanción será de dos a tres partidos. En cambio, si estima que es una agresión el castigo sería entre cuatro y doce encuentros, según el reglamento. La suspensión vale tanto para partidos de Liga como de Copa.
Messi sólo se había ido antes de tiempo a la ducha en dos ocasiones. Ambas habían sido con la selección argentina, curiosamente la primera en el debut de la 'Pulga' con la albiceleste en un amistoso contra Hungría en el 2005. 14 años después, volvió a ser expulsado al entender el árbitro que se peleó con Gary Medel en la Copa América del 2019.
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