No se puede hablar de crisis porque nunca ha sido su objetivo la Copa y porque siguen siendo los mejores en Inglaterra, pero el Liverpool está en plena recesión y la derrota ante el Chelsea en los octavos de la FA Cup (2-0), propiciada por un gran Kepa, aumenta las dudas de los Reds a ocho días de recibir al Atlético de Madrid.
Con un once con bastantes suplentes y solo algún titular como Sadio Mané, Virgil Van Dijk y Andy Robertson, el Liverpool no pudo tirar el muro de un Kepa Arrizabalaga que completó una gran actuación, acrecentada por los tantos de Willian y Ross Barkley.
Volvía Kepa a la portería de Stamford Bridge. Seis partidos después, desde el 21 enero, el español se puso debajo de los palos. Y lo hizo con mucho acierto.
Tenía toda la presión, al enfrentarse a uno de los mejores equipos, por no decir el mejor, de Europa y Kepa se reivindicó desde los primeros minutos. Sacó una buena mano a un disparo de Mané y levantó a todo Stamford Bridge con una triple parada antológica.
Ese momento de lucidez hizo válida toda la espera y todas las suplencias. Si el plan de Lampard era darle un toque de atención había funcionado. Lo adornó, además, con otra intervención a disparo de Mané antes del descanso.
Cinco paradas en la primera parte que contrastaban con los problemas de su compatriota en la otra portería. Adrián San Miguel comenzó bien, con una parada a bocajarro a Willian, pero unos segundos después se metió en un lío.
O le metió más bien Fabinho. El brasileño perdió la pelota en la salida de balón en la corona del área. Barkley se la rebañó, se la dejó a Willian y este conectó un disparo a media altura, fuerte, pero centrado, que Adrián fue incapaz de despejar.
Al Liverpool, como en sus tres últimos encuentros, apenas le salían las cosas, y solo el larguero les salvó de ponerse 2-0 abajo en una falta de Mason Mount desde la frontal.
En esta desgracia en la que han caído los de Klopp, ni siquiera Van Dijk es fiable y el holandés abrió el camino del segundo del Chelsea. Se equivocó en un balón dividido en su propio campo y se lo entregó a Barkley. El medio inglés salió escopetado, se recorrió medio campo, perseguido por un lento Fabinho, y sacó un disparo seco desde la frontal ante el que nada pudo hacer Adrián.
El Liverpool se quedó sin ganas, metió a Roberto Firmino y Mohamed Salah para tratar de rascar algo, pero se pudo marchar con un 3-0, si Adrián no hubiera sacado una manopla espectacular para que un mano a mano de Giroud se estrellara en el larguero.
El Chelsea se une al Arsenal como clasificados a los cuartos de final de la FA Cup, mientras que el Liverpool se queda fuera de una competición que desde el principio no le interesó, pero que ahora, a ocho días de intentar la remontada ante el Atlético, le vuelve a hacer daño.
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