Los hechos se dieron cuando el neerlandés, Quincy Promes del Spartak y el colombiano Wilmer Barrios del Zenit, tuvieron un enfrentamiento que derribó en una fuerte pelea que se involucrarían 40 personas entre jugadores y miembros de los cuerpos técnicos.
La bochornosa pelea terminó con tres expulsados por cada equipo, entre ellos los brasileños Malcom y Rodriago, quien fue el encargado de que la pelea escalara a otro nivel, cuando lanzó una fuerte patada en contra de un rival.
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