Martínez, que forjó una gran amistad con Rodríguez no pudo ocultar su tristeza por la noticia, pero también resaltó las grandes cualidades que tenía el estratega y su historia de superación para llegar a ser uno de los entrenadores más importantes del país.
Y es que Erick siempre fue un entusiasta del fútbol y a pesar de no llegar a tener un pasado como futbolistas, siempre soñó en grande y para Gustavo logró cumplir dos de sus grandes sueños: dirigir al Santos y llegar a la Selección Nacional.
¿Cómo describe Gustavo Martínez a Erick Rodríguez Santamaría?
Es difícil, pero a la vez fácil hablar de Erick porque más allá de todo lo que conocen ustedes y conocemos nosotros los amigos como profesional y gente de fútbol, es muy fácil hablar de una persona como Erick.
Era alguien increíble, una persona integra y con unos valores impresionantes. En algún momento de la vida nos educó y nos enseñó a todos. Tenía una facilidad de convencimiento hacía su familia, amigos, su profesión que era admirable. Yo lo conocí hace muchos años cuando llegué a Santos, se me presentó vendiendo ropa, era el famoso polaco que le comprábamos la ropa.
La misma intensidad tenía y el compromiso con el fútbol, tenía con la vida. A como hoy le exigía a los jugadores, se exigía a si mismo en su trabajo, te vendía sí o sí, era un crack vendiendo. No queríamos comprar y le terminábamos comprando todo porque nos llevaba a dónde él quería, poniendo en el fútbol para nosotros los directores técnicos es un éxito total llevar a los jugadores creernos y sentir que la idea es está. Bueno, Erick lo hacía desde que nos conocimos. Era una persona admirable, familiar, amante de su esposa, daba todo por sus hijos, por su familia, por sus papás y por sus hermanos. Por eso digo que es muy fácil hablar de él, porque se hacía querer, era extraordinario el amor de él.
En el fútbol nos demostró a todos que en la vida solo nosotros nos ponemos obstáculos. Una persona que le dedicó la vida, cuando se dio cuenta por allá del 2002 que andábamos por Guatemala jugando, yo jugaba todavía, fuimos a jugar Concacaf, él acompañó al equipo como un aficionado y cuándo volvimos acá ya teníamos una relación y comenzó la locura, qué iba a hacer el mejor estadígrafo, que el se iba a preparar, que él iba a dirigir, que él iba a ser todo lo que logró. Para mí una persona exitosa, esto no es de resultados. Para mí la vida y el éxito lo marca como vos manejes y como te enseñaron en tú casa y con los valores que tengas.
Personalmente, lo voy a decir como alguien que hace mucho esta acá en este cantón y en está provincia, él estaba cumpliendo su sueño, estaba muy feliz, pero también estaba cumpliendo el sueño de todos nosotros los que empezamos acá en Santos en ser profesionales después del fútbol. Él nos representaba y sus equipos nos representaba, porque si a nosotros nos enseñaron algo acá fue a pelearla, a ser luchadores, a trabajar y esforzarnos y después jugar bien, esa es la identidad que nos puede dar Santos, nos puede dar Cariari, nos puede dar toda esta zona. Erick tenía un conjunto de todo esto que nos llegaba a enamorar y cumplió su sueño. Creo que era un momento de mucha alegría para todos. Verlo a su nivel, saludarlo, felicitarlo y bueno, hoy estamos en este momento tan difícil, lejos de todos y muy doloroso. Nos cuesta aceptar, pero también sabemos que son los caminos de Dios y eso nos va a llevar entender en algún momento ¿por qué?, hoy no lo podemos entender, pero ese era Erick, el intenso, el profesional, el amoroso, el divertido, el que nos hacia reír por todos lados.
La vida me dio la oportunidad de volver a trabajar con él después de muchos años. Erick fue mi primer asistente después de que yo arme mi primer cuerpo técnico en Santos, después nos reunió Jeaustin Campos en San Carlos, fuimos los dos asistentes de Jeaustin en San Carlos y nos volvimos a reunir los tres después de tantos años. Por eso digo que los resultados si nos marcan y nos dicen que somos buenos y malos y uno lo sabe, el que esta en esto lo sabe. Pero lo que nos queda adentro sabiendo lo que usamos, sabemos los que hicimos como persona al lado del otro es imborrable y a la larga nos vamos a terminar llevando esto.
Hoy yo deseaba que me sonara el teléfono y que me digan que era una mentira, o que se equivocaron. Tengo la suerte de poder hablar muchísimo de él y me emociona porque es mi amigo, pero sé también que dónde esté nos va a seguir enseñando porque pasaron las cosas, esa es la realidad.
¿Qué tan futbolero era Erick?
Era futbolero, era mejenguero, él vivía para el fútbol y después se le fueron dando las cosas como te contaba. A cómo te vendía la ropa, él trabajaba en una cancha. Era imposible decirle que no le compre una camisa porque te seguía, seguía, seguía, entonces yo siempre cuando después trabajábamos en el fútbol le decía, nosotros de por sí éramos intenso los dos, éramos una bolsa de gatos los dos, esa intensidad el la supo llevar a toda la profesión. Creo que es dónde empieza el éxito de él a ganarse un lugar porque sabemos que esta esa cosa de que si sos de fútbol o no fuiste ex jugador no podes ser director técnico y yo si lo digo porque también me sucedió a mí, la capacidad que tenía Erick para muchas cosas no te la daba un vestuario, el estudio, la preparación. Pero futbolero fue siempre. Después cumplió el sueño de poder haber dirigido al Santos, que para él como guápileño era dirigir el más grande del mundo más allá de que quisiera seguir adelante.
¿Cómo era Erick Rodríguez de entrenador?
Era un estudioso, la esperanza y la forma de él, él no renunciaba a su forma y nosotros le decíamos hablando de fútbol: 'quiero jugar el 4-3-3, quiero presionar alto y va, va, el bloque allá arriba', y me tiraba todo para abajo. Me decía: 'no reglémosle el confitico, como decía, reglémosle la pelotica, que las transiciones’. Era un estudioso, era un detallista, el análisis, yo creo que si tenía una fortaleza era el poder analizar el rival, el poder analizar por dónde se le podía hacer daño. Creo que era una de las virtudes más grandes que tenía.
¿Qué legado le dejó Erick?
Lo que más me marco de Erick a mí, para mi profesión, como compañero de cuerpo técnico y también de rival era el poder de análisis que tenía. O sea era muy estratega y te podía sorprender con muchas cosas. Él tenía un poder de análisis del rival y de lo que él podía hacer bien o mal con sus equipos admirables. Después que salga o no salga es parte del juego, pero en el poder de análisis, en el poder de estrategia, en el poder de respetar sus formas, yo creo que nos marcó a todos un poco. A los que lo conocemos interiormente, su trabajo, no todos comparten que los equipos de Erick jugara de una u otra manera, pero él no renunciaba nunca. Él tenía un poder de convencimiento que a veces costaba, pero que llegaba a convencerte por sus ideas, por lo que te mostraba y por el análisis que te hacía que te terminaba ganando, por lo menos, en intentar que la forma era esa. Era un estratega muy importante y un analista muy importante y sobretodo respetaba su idea. Muy pocos los que le hacían cambiar su idea.
¿Cuál rol tenía Erick Rodríguez en San Carlos junto a Jeaustin Campos?
Eramos los dos asistentes. Jeaustin era el uno y nosotros el dos y tres. Teníamos un cuerpo técnico muy bien balanceado, Jeaustin nos decía que quería de nosotros, principalmente en toda la semana. Después cada uno tenía su labor, el 5-4-1 que todos conocemos, la parte defensiva le daba mucho hincapié Erick y la parte ofensiva la agarrábamos Jeaustin y yo. Entonces era un equilibrio, éramos tres y las charlas de fútbol no paraban, intercambiamos ideas, íbamos a muerte con Jeaustin que nos hizo crecer mucho.
¿Cómo estaba viviendo Erick Rodríguez su actualidad en la Federación?
Si hablamos por WhatsApp, comentábamos, teníamos algo muy particular los dos, que cuando nos iba bien no aparecíamos mucho entre nosotros, pero cuando sabíamos que uno de los dos andábamos tambaleando en esto del fútbol apreciamos. Aparecían los mensajes que realmente necesitábamos. Cuesta, cuesta cuando hay críticas sin fundamentos y todas esas cosas que es un tema muy amplio. Pero él estaba fascinado. Erick tenía una visión, de que él decía que con el fútbol tenía que conocer el mundo, que él quería viajar, conocer, aprender. Por eso digo que estaba cumpliendo su sueño y el de muchos de nosotros. Si teníamos contacto bastante seguido, hablamos de fútbol, hablábamos de lo que aprendíamos, de lo que estaba viviendo él, yo estaba dirigiendo a Limón, hablamos de cuando agarro Claudio Vivas y comentaba, porque habíamos ido hace un tiempo a na capacitación con Claudio al Proyecto Gol, habíamos ido juntos. Hablamos de fútbol, de Bielsa, de Vivas, de lo que buscaba él, de cuando empezó a trabajar con jóvenes de nuevo. Entonces todo eso hablábamos, comentábamos y esta realmente contento.
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