Busco algo de comer, una merienda, mientras busco un poco de información sobre los destinos donde contratan los jugadores costarricenses. Encuentro un pedazo de queque con un lustre que se mira apetitoso. Rechazo el queque con una alegría extraña. Y recuerdo las palabras de un amigo: “Me siento mejor rechazando algo que aceptándolo”.
Es fácil no aceptar algo cuando no te gusta, o cuando no estás de acuerdo. Digámoslo en palabras livianas: es fácil no aceptar algo cuando creemos que nuestros jugadores tienen un abanico de posibilidades de ser contratados en el exterior porque tienen calidad.
Lo bueno es que el mundo del futbol se globalizó, pero en esa globalización el mejor mercado, el europeo, cada vez opaca más mis anteojos. Voy y los lavo con jabón como lo recomiendan los viejillos. No encuentro nada que me indique que Europa es un lugar para nuestros jugadores. Perdimos brillo. Perdimos calidad, así de dura es la realidad.
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Se terminó la gallina de los huevos de oro. Las contrataciones de jugadores como Pablo Wanchope en el futbol inglés, o Navas y Duarte en España, Gilberto Martínez en Italia, Celso en Noruega y luego Suecia y España, Bryan Ruiz desde Bélgica hasta Portugal. Por citar algunos; porque hubo otros que también lo hicieron con menos incidencia en ese continente.
Ahora unos poquitos son contratados, pero en equipos de segunda división, sin tener, casi, la posibilidad de jugar por ejemplo en la Premier Ligue. El covid, la pandemia, el corona, el bicho, como quiera llamarlo, y el Brexit vinieron a cerrar posibilidades y eso repercute en todos los países de Europa y el mundo.
El Brexit, por ejemplo, prohíbe contratar jugadores menores de 18 años. Además los equipos solo podrán inscribir un máximo de tres jugadores foráneos (o sea de cualquier otro país de Europa y el mundo) entre los 18 y 21 años. Y para rematar si algún equipo decide contratar un jugador extranjero, el ranking de la FIFA de su país, es un elemento importante a considerar. Esas disposiciones van a repercutir en el resto del mundo.
Pero no todo es malo o negativo. El futbol se globalizó. Ahora el mercado de la MLS, México, Flipinas, Corea del Sur, China, Israel, Indonesia , Sur y Centroamérica, sin dejar de lado equipos de segunda y tercera división en Europa, son los destinos de nuestros jugadores. Ya no hay que preocuparse, tanto, de formar jugadores de calidad. El mundo futbolístico globalizado ofrece alternativas impensadas que, por dicha, le ofrecen a nuestros futbolistas ganar un poco de dinero. Al menos un poco más que en nuestro campeonato.
Quizás todo esto es pasajero. ¡Saldremos de esta! ¡Sonríe y el mundo sonreirá contigo! (eso lo dijo alguien que nunca había visto hasta los perros llevando mascarilla). No nos tensemos. Bueno mejor no digamos eso, porque cuando te lo dicen que debemos relajarnos, automáticamente se tensan hasta los músculos que no sabíamos que teníamos.
Me como un pedacito del queque que no me gusta, y me lo como para que los que lean este comentario no me maldigan, ni se enfurezcan los que dicen que me relaje. Sé que aceptar las cosas que no me gustan es un autosabotaje para mi cuerpo. Pero que carajo: me aguanto el dolor de estómago. Bajemos la calidad de nuestros jugadores, no nos preocupemos, el futbol se globalizó y hay más ventanas que puertas.
** El autor tiene una Maestría en Comunicación. Licenciatura en Periodismo y Educación Física. Además es entrenador de Futbol y Baloncesto.