El segundo semestre del año 2024 se ha convertido en un verdadero calvario para el Deportivo Saprissa, cuando el día de ayer sumó un descalabro más, ahora en el Torneo de Copa local en donde sucumbió frente el conjunto del Santos Guápiles por la vía de los tiros desde el punto penal.
La caída sufrida en la zona Atlántica se suma a una serie de traspiés que los tibaseños han ido acumulando a lo largo de los últimos tres meses; primero fueron la Super Copa y la Re Copa en donde mordieron el polvo frente a los otros miuras del futbol tico como los son el CS Herediano y la Liga Deportiva Alajuelense respectivamente y luego el irregular desempeño en la Liga Promerica donde actualmente se ubican en la sexta plaza y fuera de zona de clasificación y la dolorosa derrota frente al Estelí de Nicaragua; cabe resaltar que al conjunto pinolero no se le ha podido vencer en las últimas tres presentaciones y en las cuales en dos de ellas la imagen que ha dejado el equipo ha sido lamentable.
Crispación. Para una afición tan exigente como la del conjunto morado la situación actual raya en lo insoportable; desde la cúpula tibaseña se resaltan los éxitos de los torneos locales anteriores, sin embargo, la historia del Deportiva Saprissa es así de gloriosa porque no existe la saciedad de títulos. El presidente Juan Carlos Rojas no comprende esta reacción de la afición, incluso desmedida para sus ojos, pero si se ve la realidad desde un punto de vista objetivo esta segunda mitad del año se han dilapidado tres títulos y lo mas doloroso es viendo presentaciones tan pobres en el rectángulo de juego.
Dirección técnica y gestión deportiva. El Saprissa de hoy en día se debe desmenuzar desde la gerencia deportiva, pasando por la dirección técnica y terminando por la parte física del equipo. Don Sergio Gila vio como en este mercado de fichajes jugadores baluartes como Kevin Chamorro, Gerald Taylor, Luis Javier Paradela, Warren Madrigal y otro sin tanta preponderancia como Douglas Sequeira abandonaron la institución, y fueron reemplazados por jugadores que hoy en día no han logrado consolidarse ni sumar a la causa deportiva. Las presentaciones de Rachid Chirinos, Gino Vivi, Deyver Vega han sido apenas testimoniales y no han tenido el aporte esperado.
El tema de don Vladimir Quesada Araya se debe tomar con pinzas. Desde dentro de la institución defienden su gestión por haber alcanzado los últimos tres títulos locales y uno adicional que data desde el 2018, lo cual lo convierten en uno de los estrategas mas laureados de los tibaseños, sin embargo, a los ojos de la afición nunca ha contado con el beneplácito colectivo y esto es porque bajo su administración de plantilla el juego dentro del rectángulo no tiene una idea clara; tácticamente nunca se ha observado un esquema reconocible de juego y siempre se ha dependido más de la calidad individual que hay dentro de la plantilla; se ha vivido de las rentas de la inspiración de Mariano Torres, Fidel Escobar, Luis Javier Paradela, Kendall Waston y actuaciones monstruosas de los arqueros en cuestión, pero la realidad es que la mayoría de partidos se ve un juego soso y soporífero, lejos de un Saprissa agresivo y que avasalla a sus rivales especialmente cuando juega de local.
El otro tema que también salpica al cuerpo técnico es la preparación física de la plantilla. Más de doce lesiones musculares en lo que va del curso, evidente sobrepeso de algunas de las principales figuras, y especialmente la fatiga mostrada a partir del minuto sesenta de los partidos hacen ver que actualmente esa faceta tan importante del futbol moderno está totalmente al garete. En la élite un viejo adagio dice que se juega como se entrena y da la sensación por lo visto en la cancha que los entrenos morados hoy en día son más una pachanga colectiva que un equipo de verdad preparado para enfrentar los duros retos del semestre.
Reconducir la situación. Aprovechando este parón por la fecha FIFA, todos los estamentos del club deberían tener una encerrona puertas adentro para reconducir la situación. Se está a las puertas de una gesta histórica de alcanzar un pentacampeonato, sin embargo, lo peor que puede hacer la institución es mirarse el ombligo y creer que todo está bien, es evidente el bajón de calidad de la plantilla respecto a la anterior por los nombres que se resaltaron anteriormente, pero lo que nunca debe ser negociable es el estado físico. Lo mínimo que se le debe pedir a los jugadores es que estén a tope de sus condiciones y que corran más que el rival, ya después el futbol dictará sentencia. La autogestión grupal es buena pero no debe volverse la norma, se necesita que desde el cuerpo técnico haya un golpe de timón o de lo contrario el descalabro será de época. La afición morada es muy fiel pero es muy exigente y ya de las excusas de siempre se está cansando.