Herediano es candidato porque tiene el mayor maletín. Saprissa con una boyante billetera puede presumir de reclutar lo necesario en el mercado y mantener la base de jugadores. Alajuelense tiene un bolso sin forma con rollos de billetes para contrataciones que no sabe hacer.
En estas instancias del torneo ya no valen los gritos desde la escalera, ni la repartición de “slices” de pizzas, o los susurros al cuerpo arbitral durante los partidos. Lo que tiene peso son las cuotas de poder de los dirigentes que las usan para marcar el resultado de un juego.
En el rotafolio en la cancha tomarán protagonismo los jugadores giratorios, donde se impondrán al juego rígido , sistemático y posicional. Son los que tienen libertad de expresión.
Joel Campbell en Alajuelense es el que debe portar la antorcha en su equipo. Javier Paradela en Saprissa y Elías Aguilar en Herediano. Todos con la cabeza en alto y el cerebro dando vueltas. El resto esmerándose en el cero atrás y aprovechando las grietas que dejan los rivales.
Un aspecto poco divulgado: ¿Cuál equipo tiene los mejores jugadores revulsivos? Así cada uno puede cerrar mejor los partidos.
Alajuelense es el mejor, ¿o acaso no salvó partidos casi perdidos en los últimos minutos? Saprissa tiene muchos jugadores de cambio, pero los llamados estimulantes no suplen a los titulares con la misma jerarquía. Y Herediano es un equipo plano que al cansarse los estelares pierde en los minutos finales.
Ninguno quiere jugar de pendejo, pero a veces el más pendejo, o el que se muestra como pendejo, es el ganador. ¿Cuál asumirá ese rol?