Eso sí, para nuestros llamados 'legionarios futbolísticos' no se trata únicamente de subirse al avión con los tacos en el equipaje y empezar a divertirse apenas pisan el zacate del campo de su nuevo equipo. Hay mucho más que eso: es dejar familia y amigos atrás, además de otras circunstancias propias de la Costa Rica en la que crecieron, que aunque muchas veces se pasan por alto, es hasta que se vive en tierras foráneas que se les logra contrastar, y al mismo tiempo, valorar e incluso, extrañar…
Un tema fundamental en la experiencia de jugar fuera de nuestro país, corresponde a la inseguridad. Si bien la actualidad tica en este aspecto es cada vez más preocupante, hace tres décadas era bastante diferente, por lo menos no tan caótica como hoy. Por eso, el hecho que decidí compartir en las siguientes líneas sí resultó muy curioso para la realidad costarricense de aquella época…
La anécdota la contó Edwin 'Sarapiquí' Salazar, valiente exdefensa del balompié nacional, quien hoy lamentablemente enfrenta una difícil situación de salud. Por eso a 'Sara' le enviamos las mejores vibras, al tiempo que le reconocemos y agradecemos todo lo que le entregó tanto a su amado CS Cartaginés, como a Saprissa, Pérez Zeledón, Uruguay de Coronado, y por supuesto la Selección Nacional, con la que disputó las eliminatorias mundialistas rumbo a México 86 e Italia 90.
En 1994 'Sarapiquí' Salazar y el guardameta tico Alfredo Whitaker se encontraban jugando para el CDS Vida de la primera división de Honduras. El equipo de 'los Cocoteros' es originario de La Ceiba, un municipio en el caribe catracho que si bien históricamente ha sido importante semillero del fútbol de esa nación, corresponde a una zona costeña que evidencia una muy difícil situación social; en ese lugar, lamentablemente, las estadísticas les dan la espalda a sus pobladores aún desde antes de nacer, pues el destino nada halagüeño termina siendo la constante, salvo contadas excepciones…
Así, Edwin Salazar y su compatriota Whitaker (quien hoy es nada menos que el presidente de la federación de fútbol de Islas Caimán), viajaban en un taxi para sumarse a sus demás compañeros del Vida de cara a uno de los compromisos de la liga hondureña; Alfredo viajaba adelante junto al taxista, mientras que ‘Sarapiquí’ en el asiento trasero. De repente, por el lado derecho, otro conductor hizo una maniobra en la que casi impacta el vehículo de nuestros compatriotas, lo que detonó una fuerte discusión entre los dos conductores, que quedaron gritándose improperios de un carro al otro -ambos detenidos-, con los ticos como testigos…
Si en ese momento la situación ya era bastante incómoda, subió de nivel cuando el conductor del taxi sacó un revólver y lo apuntó hacia la integridad de su antagonista, es decir, colocó el arma de fuego por delante de Whitaker, a tan solo centímetros de él, quien junto a Salazar no podían dar crédito de lo que estaba sucediendo…
Afortunadamente, tan peligrosa acción del taxista de los costarricenses no tuvo consecuencias, pues el otro conductor prefirió evadir la riesgosa situación y en su vehículo se marchó del lugar. Edwin y Alfredo lograrían calmar los nervios, aunque siempre recordarán la anécdota de cuando estuvieron a nada de verse inmiscuidos en un tiroteo en las calles hondureñas de La Ceiba… ¡Al mejor estilo del viejo oeste!
* El autor es historiador de fútbol costarricense y responsable de la página de Facebook Gol de Camerino; pronto estará publicando el libro Nuestros primeros legionarios. Futbolistas ticos en el mundo 1875-1990.
** La imagen de portada corresponde a la visita del Vida hondureño a nuestro país en 1993. En esa oportunidad Edwin ‘Sarapiquí’ Salazar y Alfredo Whitaker se midieron al Deportivo Saprissa en el antiguo Estadio Nacional (Foto Luis Fernando Rodríguez).