¿Cuántos partidos más le permitirán los dirigentes y fanáticos liguistas a Andrés Carevic antes de darle el famoso voto de confianza?
La excusa, si cabe el término de excusa, porque las excusas siempre son el antídoto cuando no se acepta el mal momento, es que 11 jugadores llegaron tarde a la pretemporada del equipo.
Jugadores van, jugadores vienen y desaparecen de las alineaciones en estos primeros partidos del campeonato, lo cual incide directamente en la idea de juego, que supongo existe, en un equipo que debe tener después de ocho meses de trabajo con el mismo entrenador.
Llegaron nuevos jugadores, algunos con gran renombre como el caso de Joel Campbell, y el accionar sigue en picada colectiva.
Carevic apostó por la rotación de jugadores desde el portero hasta el jugador en punta. ¿Funciona esta práctica en un equipo de futbol?
México, recurro al fútbol mejicano como ejemplo, porque actualmente tenemos el síndrome de jugadores y entrenadores de ese país que llegaron en estampida a Costa Rica.
Cuando Juan Carlos Osorio,(colombiano), en la órbita de algunos para ocupar el sillón dejado por Luis Fernando Suárez, se decantó por las rotaciones mientras dirigía la Selección de México, el accionar mejicano fue un desastre.
Lo mismo le sucedió a Luis Fernando Suárez que probó más de cien jugadores y nunca logró establecer un grupo estable con un modelo de juego consolidado.
La Liga en sus partidos tiene muy buena posesión de balón en el primer y segundo tercio de la cancha, pero al llegar a la zona de definición se pierde en una nebulosa que lo tiene siempre al borde del azar y la desesperación.
¿Qué variantes tácticas tiene la Liga en este torneo de apertura? Quizás Andrés Carevic estableció alguna disposición para Celso Borges, Alex López o Aaron Suárez, pero: ¿cómo pueden mecanizar esos movimientos junto a Joel Campbell si cada partido los intérpretes en la cancha son diferentes?
Un equipo armoniza los movimientos jugando. Y desarrolla con solvencia un modelo de juego con la idea del entrenador cuando la posesión de la pelota y la posición del jugador en la cancha se fusionan. Pero, ¿cómo pueden hacerlo si cada partido hay seis o siete nuevos jugadores?
El fútbol europeo siempre ofrece aprendizaje. Manchester City, Real Madrid, As Roma, Arsenal, Benfica, Inter de Milan, y las diferentes selecciones ofrecen algo nuevo en cada partido. Todos son equipos que juegan hasta cuatro torneos simultáneos.
En la final de la Community Shell entre el City y Arsenal, ninguno de estos equipos, a ocho días de iniciar la Premier Ligue, apostó por rotaciones de los jugadores base, a pesar que participaron con las selecciones nacionales en los campeonatos europeos y tuvieron solo dos semanas de vacaciones. Además solo en el segundo tiempo el árbitro repuso 11 minutos y en el primero ocho. En este encuentro jugaron 108 minutos sin tiempos extra.
Por qué en nuestro futbol artesanal, donde se pierden más de 10 minutos por tiempo con jugadores lesionados, simulando faltas, realizando tiros de esquina con la calma de un alma en purga, con el minuto de hidratación que pasa de dos o tres minutos, porteros llevando cada pelota atrapada al piso, como Aaron Cruz de Herediano contra Saprissa, y árbitros sin criterio que al final solo reponen cinco minutos, se puede pensar que nuestros jugadores van a fatigarse después de jugar 22 fechas en partidos que no tienen más de 30 minutos reales.
Las rotaciones, como los árbitros, son propulsores de la baja intensidad y dinámica de nuestro futbol donde los jugadores corren como galgos en el primer tiempo, presionan en toda la cancha y en el segundo se caen como una guanábana madura y se dedican a sacar agua del bote.
La Liga Deportiva Alajuelense juega mal y lo hace incluso sin aceptar que lo hace mal, y eso es peligroso en un equipo que tiene la necesidad de ganar para convertirse en un equipo de mentalidad ganadora.
Hasta ahora la Liga está en una zona de confort donde perder es parte de un proceso sin fin. Ese síndrome es un mal que no se remedia ni cura en los entrenamientos, aunque el eslogan es que siguen trabajando.
** El autor tiene una Maestría en Comunicación. Licenciatura en Periodismo y Educación Física. Además es entrenador de Futbol y Baloncesto