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Los últimos tres años Alajuelense se ha pasado luchando con sus frustraciones, tratando de sacudir esa imagen aterradora y recordando su grandeza de años atrás.
Cada vez que termina un campeonato, las grandes exfiguras del equipo aparecen como fantasmas recordando las glorias vividas, y de paso ofreciendo las soluciones para cambiar el chip del equipo.
Las ganancias tangibles de la Liga Deportiva Alajuelense se pueden ver en infraestructura, en ofrecerle buenas condiciones a los jugadores, y en buscar personal que le diera un vuelco a su andar deportivo. Pero todo esto se convirtió en su propio punto ciego.
La Liga es un club atascado que se esfuerza en avanzar y dejar atrás las glorias zombificadas del pasado, que podrían ser derrotadas con facilidad, si toman las decisiones correctas, en vez de estar cada torneo vendiendo al menudeo, y alimentando el pantano creado por seguir tozudamente aferrados a ser una Asociación Deportiva.
Cada vez que fracasan en sus pretensiones de ganar el campeonato, las críticas son individuales hacia los jugadores, el entrenador, y dirigentes de turno. Por ahí salen algunas voces de exdirigentes que tienen las mismas soluciones de cómo enderezaron el barco en sus años de éxito.
La inversión de Alajuelense en las ligas menores, personal deportivo extranjero y contratación de jugadores es abismal. En esto de los extranjeros aplica la oferta del supermercado. Vas por un artículo y sales con el carrito lleno.
Así una de las decisiones fue contratar un gerente deportivo español. Este se llevó el carrito y lo llenó con personal de confianza a su gestión y al no conocer el ambiente, la cultura, comidas y clima, se cansaron y huyeron dejando muy poca gloria.
Contrataron un jugador hondureño y éste recomendó a otro conocido. Se pusieron de moda los panameños y esa fue la nueva modalidad. Y pasaron argentinos y de otras nacionalidades. Con todos no lograron darle soporte al proyecto deportivo porque todos carecían de calidad.
Por qué en este futbol moderno las Asociaciones Deportivas desaparecieron? En Alajuelense las decisiones trascendentales son tomadas por la gradería, donde están la mayoría de los socios del club.
Si fuera una empresa donde los socios ponen el dinero, las decisiones serían verticales, mucho más estudiadas, porque están jugando con su inversión.
Alajuelense, como en muchas familias, tiene la suerte que apareció un tío rico y su pasión es el futbol. Invierte como un pasatiempo, pero sus decisiones valen poco, muy poco o casi nada. El tío rico para los liguistas se convirtió en el cajero automático del club.
¿Cuál equipo de éxito en el mundo sigue siendo una Asociación Deportiva sostenida por un tío rico?
En Costa Rica Saprissa, con la afición más grande del país según las encuestas, con buenos directivos como lo fueron Enrique Weisleder, Fabio Garnier, Enrique Artiñano, o Jorge Guillén con su frase: “no se repartan nada mientras Saprissa esté vivo”, lo quebraron y llevaron casi a desaparecer. Como medida salvadora vendieron el equipo al mejicano Jorge Vergara. Y éste cuando era un cascarón a Horizonte Morado.
Herediano con Isaac Sasso, y su maletín lleno de billetes no fue suficiente para mantener este equipo. Lo tomó Mario Sotela y lo dejó casi en ruinas hasta que Fuerza Herediana se apropió del club. Lo mismo sucedió con el Cartaginés que ahora está bajo el dominio de Leonardo Vargas.
El futbol cambió en lo deportivo, es más competitivo y comercial. Ya la fórmula de Carlos “Cañón” González en Carmelita dejó de funcionar hace muchos años, pero la Liga sigue con ese mismo modelo.
El equipo requiere una limpia profunda, no limpiar el polvo por encima. Debe ser un desprendimiento del relleno que está obstruyendo sus arterias deportivas, comerciales y administrativas.
Necesitan reforzar el medio campo, además un centro delantero y al menos un central de calidad. Un portero no les caería nada mal. Jugadores que vengan a hacer diferencia, no a rellenar cupos.
La Liga no puede sostener sus columnas con novatos de la cantera o jóvenes provenientes de otros equipos que son baratos y pintan como grandes promesas, pero no tienen el carácter para hacerlos competitivos y optar por un campeonato.
Mucho menos es inapropiada la nueva propuesta liguista de contratar jugadores cargados de años que solo vendrían a unir el maxi futbol (futbol de veteranos) con el equipo actual. Decisión que también afecta al futbol nacional porque le reduce intensidad y dinamismo.
Como siempre los detalles van ligados a cuestiones existenciales de lo que se supone es la Liga Deportiva Alajuelense, pero que se quedó obsoleta.
De momento la derrota en este último torneo trajo lecciones reiteradas que no han aprendido. Y aunque la Liga dice que terminó con el pasado, el pasado aún está lejos de terminar con la Liga.
*Máster en Comunicación. Lic. en Periodismo. Lic. en Educación Física. Entrenador de futbol y baloncesto