La mansión se convirtió en un lugar de peregrinación ineludible para los fans. Y, también, un lucrativo negocio: es la segunda casa más visitada de los Estados Unidos, por detrás de la Casa Blanca, residencia de los presidentes.
Cada año, alrededor de 600.000 personas acuden a esta meca del rock.
Graceland es un fiel reflejo de Elvis Presley: descomunal, excéntrica, barroca y fascinante.
Una casa con verja musical
Originiariamente, donde hoy está Graceland, era un extenso terreno de una familia de potentados de Memphis. En 1939, su heredero, S.E. Toof construye la mansión de estilo renacentista colonial y le puso el nombre en honor a su hija, Grace.
En 1957, Elvis Presley, con tan solo 22 años, compra la casa para que fuera la residencia de sus padres. Apenas tenía 22 años, pero ya tenía músculo financiero suficiente para pagar los 100.000 dólares que costó. Hoy su valor asciende a 100 millones de dólares.