La ciudad norteamericana de Atlanta, en el estado de Georgia, ha sido testigo del éxito de la primera flota de patinetes eléctricos teleoperados del mundo.
Se trata de un sistema muy sencilla: mediante una app, el usuario ‘llama’ a su vehículo motorizado, el cual será enviado por un teleoperador remoto hasta donde este se encuentra. Y cuando terminas de usarlo, lo mismo: solo tienes que indicar que el viaje ha finalizado y el teleoperador guiará al patinete de nuevo a su base de origen.
Detrás de esta iniciativa se encuentra la empresa de tecnología de micromovilidad Tortoise. La compañía lleva un tiempo trabajando en el proyecto pero puede que este sea un buen momento para lanzarlo: el hecho de que los patinetes regresen a un ‘garaje’ permite no solo guardarlos sino también sanearlos y desinfectarlos para el siguiente uso.
Para este reposicionamiento automático la tecnológica Tortoise se ha asociado con el operador de patinetes Go X, que funciona a través de aplicaciones para móvil ya en otras ciudadanos y con otros patinetes.
La idea se ha visto motivada por una ordenanza municipal de Peachtree Corners City que obliga a todos los dispositivos de micromovilidad compartidos implementados en la ciudad a ser capaces de un reposicionamiento automático.
Pero es que además es precisamente esa la “queja número uno” que los ciudadanos suelen tener de los vehículos compartidos, decía Dmitry Shevelenko, cofundador y presidente de Tortoise, a Smart Cities Dive en una entrevista. Y es que es muy habitual ver patinetes tirados por el suelo o dejados a su suerte en medio de la acera.
Llevar estos vehículos a su propio garaje ‘limpia’ las calles y el espacio público y además, como decíamos, da la opción de sanearlos y así asegurarte de que no corres riesgos por quien lo haya utilizado antes: los patinetes se desinfectan y se marcan con una pegatina para indicar que están listos para su uso. La prueba piloto ha puesto en marcha alrededor de un centenar de ellos.
Los patinetes de Tortoise son diferentes a los que estamos acostumbrados a ver: son más voluminosos, con componentes adicionales conectados a la plataforma y al manillar y cuentan con cuatro ruedas en vez de dos -el par adicional se coloca en el medio para mantener el equilibro cuando vuelven solos-. Y cuentan con una cámara para que los teleoperadores, ubicados a más de 2.700 kilómetros de distancia en Ciudad de México, controlen el camino de vuelta.
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