Wout van Aert, ciclista belga que corre en el equipo Jumbo-Visma, se encuentra entrenando en España y brindó una amplia entrevista al Diario El Mundo.
Se le considera un clasicómano, gracias a sus grandes actuaciones tanto en la ruta como en el ciclocrós.
Tiene 28 años de edad y actualmente es considerado el mejor ciclista del mundo.
Aquí la nota
Siempre dice que se mueve por «desafíos». ¿Por qué estará luchando en su carrera dentro de cuatro o cinco años?
Buena pregunta. Por supuesto, tengo alguna idea. Pero, de momento, quiero seguir siendo el ciclista de ahora, disputando las clásicas, intentando ganar etapas en las grandes vueltas. Intentando mantener el mismo perfil y añadir a mi palmarés carreras que todavía no tengo. Me queda mucho por ganar, Roubaix, Flandes, el Mundial... grandes objetivos. De momento, es lo que ocupa mi mente.
Pero si Jonas Vingegaard fallara en el Tour...
[Ríe] Aún peso demasiado para intentar ganar el Tour.
¿Cuál es su límite?
No me gusta pensar en mis límites.
Roubaix y Flandes son sus grandes objetivos. ¿Siente una espina clavada ahí?
Sí, especialmente en Roubaix nunca he tenido suerte. Es una carrera en la que tienes que correr de forma perfecta, pero siempre me ha pasado algo o había alguien más fuerte. En esas carreras especialmente cada detalle puede ser decisivo. Ojalá algún día la suerte este de mi lado.
¿Es más especial cuando al que derrota es a Van der Poel?
Siempre intento dar lo mejor de mí, sin importar quien esté en la carrera. Incluso sin Mathieu, es muy difícil ganar. Él, por sus capacidades, siempre me lleva al límite, ganarle nunca es fácil. Pero lo que es especial es ganar tras una batalla en los últimos metros, como en el ciclocross. Es más sobre cómo acabe la carrera que sobre a quien ganes.
¿Siente que usted, Van der Poel, Evenepoel y los demás, con su forma de correr al ataque, están cambiando el ciclismo?
Sí, siento que estamos cambiando el ciclismo. Realmente, puedes ver algo distinto en los últimos tres o cuatro años. También me encanta ver a otros, como Alaphillipe o Pogacar, en Flandes. Esto es fantástico para los fans. Es un espectáculo durante toda la temporada. Es algo nuevo que no se veía antes. Siempre con un estilo agresivo de correr.
Usted, ¿si no ataca no disfruta?
[Ríe] Siempre tengo un plan. Siempre intento ganar.
¿Siente más presión en la carretera que en el ciclocross?
Los aficionados esperan que gane todas las carreras de ciclocross. Pero personalmente ya no siento presión ahí, porque básicamente he ganado todo lo que se puede ganar. Amo este deporte y por eso vuelvo cada año.
¿Cree que va a poder combinar ambos durante toda su carrera?
Creo que sí, lo llevo haciendo 10 años. Yo de niño no soñaba con ser ciclista profesional, me gustaba Tom Boonen como a todo el mundo en mi país, pero yo soñaba con el ciclocross.
«SERÁ DIFÍCIL VOLVERLO A HACER»
El 2022 de Van Aert resultó asombroso. Pocas veces se vio un despliegue en el Tour tan salvaje como el suyo, porque esta vez no sólo volvió a ganar en todos los terrenos, al sprint, escapado y, por supuesto, en la lucha contra el reloj, para acumular ya nueve victorias de etapa en la Grande Boucle -y eso que en su primer contacto, allá por 2019, sufrió una caída en Pau que a punto estuvo de acabar con su carrera deportiva-. Si Vingegaard alzó los brazos en París fue gracias a él, pese a que nunca dejara de buscar las fugas. «Mis ataques son parte del plan», contaba para aclarar el aparente desconcierto del Jumbo.
«Creo que este año el equipo es más fuerte todavía, que es algo bueno. Pero, por otra parte, el año pasado fue muy exitoso, con el triunfo del Tour y todo lo demás. Será difícil volverlo a hacer», asegura, aunque de su mente no se van las clásicas, ni quienes serán ahí sus rivales y sus aliados. «Con Van Baarle (nuevo refuerzo del Jumbo y ganador en Roubaix por delante de él) soy muy complementario. También tenemos a Laporte, a Benoit... con nuestro mejor equipo en las clásicas tenemos varias opciones para ganar, no sólo yo», admite.
¿Usted disfruta sufriendo?
Claro, me gusta sufrir sobre la bici. Si no lo haces, no puedes ser profesional.
Por cierto, ¿recuerda su primera bicicleta?
Sí. Recuerdo mi primera carrera. Tenía una vieja bici que me adaptó mi padre. Era de hierro y tenía los cambios bajo el manillar, algo muy antiguo incluso para la época. Mi padre quería comprobar si realmente me gustaba antes de comprarme una bici más cara. Empecé en ciclocross y ahí estaban mis sueños, porque no me gustaba mucho el colegio. Había dos grandes estrellas en mi región, Erwin Vervecken y Bart Wellens, que fueron campeones del mundo. Yo quería ser como ellos.
Fuente: Diario El Mundo España