Se resalta, entre otros logros, la medalla de plata obtenida en los Juegos Centroamericanos y El Caribe en el 2018.
Aquí la nota
“La vida es como un partido de fútbol que se te puede complicar en cualquier momento. Se puede empatar y hasta perder; te pueden anotar o puedes ganar. Hasta que el árbitro pite el final las cosas no se terminan. Así es la vida”, es uno de los lemas de la entrenadora costarricense Amelia Valverde Villalobos, un ejemplo para las futbolistas centroamericanas que luchan por alcanzar sus sueños.
Valverde es la entrenadora de la Selección Mayor Femenina de Costa Rica, un logro que solo ese país centroamericano ha conseguido. Su carrera está llena de éxitos, pero también de muchos sacrificios y de luchas constantes para lograr que el fútbol femenino gane más terreno. Algo que en Costa Rica cada día toma más valor.
Introvertida, un poco callada y hogareña. Así es Valverde, una mujer que le gusta estar en su casa pero que nunca deja de estudiar fútbol. Y que cuando entra al terreno de juego cambia, es una guerrera que transmite a sus seleccionadas que vayan por el objetivo y eso le ha dado sus frutos.
“Soy una mujer afortunada, el fútbol me ha dado muchas oportunidades”, comenta muy segura la entrenadora.
La costarricense dice que desde que se recuerda todo siempre fue fútbol, desde las “cascaritas” siempre sintió esa pasión por el deporte que en poco tiempo la ha llevado hasta los momentos más gloriosos para el fútbol costarricense.
Cuando comenzó a jugar fútbol a los 15 años, siempre vio el deporte como una diversión, un pasatiempo al que cada día le tomó mucho más amor. Fue cuando llegó a la Universidad Nacional para estudiar Educación Física y comenzó a alternar su carrera con el deporte que ya se imaginó como una entrenadora. Durante ocho años se desempeñó como defensa central del equipo Flores de la ciudad de San Joaquín de Flores, y ese equipo le dio la oportunidad de forjarse como entrenadora.
Sus estudios universitarios le abrieron las puertas de la Selección Nacional a la que llegó en el 2011 para trabajar la parte física de las jugadoras junto a Carla Alemán.
Valverde dice que las mejoras en el fútbol femenino son evidentes, pues de entrenar y jugar en canchas abiertas con tan solo dos torres de energía eléctrica, ahora ya juegan en los estadios de fútbol masculino.
Muchas de las cosas se han logrado gracias al trabajo profesional de Valverde, quien reconoce que lo más importante es que están formando jugadoras que son el futuro. “Ahora de cuatro partidos que se disputan se transmiten tres”, comenta emocionada Valverde, pues dice que cada día los seguidores están más cerca del fútbol femenino.
Uno de los momentos más emotivos fue la final del 16 de diciembre del 2019 cuando se rompió el récord de asistencia con 16,900 personas en el Estadio Alejandro Morera Soto, en la final entre el Saprissa Fútbol Femenino y Codea Alajuelense. La Liga logró el título en esa ocasión.
“Fue impactante, la ciudad colapsó y ha marcado la historia. Ha sido importante que los equipos masculinos tengan femenino, porque la afición se une, además era el regreso de la legionaria Shirley Cruz, quien tenía muchos años fuera del fútbol local”, recuerda notablemente emocionada.
Una mujer luchadora
Para Valverde, lo más importante es que las mujeres se realicen, por eso asegura que en su proyecto con la Federación Costarricense de Fútbol no solo es formar jugadoras sino mujeres que se puedan desarrollar en sus áreas de trabajo, pues muchas de las seleccionadas deben continuar con otras actividades.
Con la estratega el fútbol costarricense femenino se clasificó por primera vez a un Mundial Mayor a Canadá 2015; ganaron la medalla de oro en los Juegos Centroamericanos de Nicaragua 2017, presea de plata en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018 y bronce en los Panamericanos de Lima 2019.
El trabajo en conjunto ha sido el éxito, asegura Valverde, por eso dice que su Federación cumpla cien años de fundación demuestra que la labor ha sido buena. “Que la Federación cumpla cien años y poder disfrutarlo es muy importante. Tenemos que celebrar que la institución más grande que regula e impulsa el fútbol en el país esté consolidada y tan fuerte es muy valioso”, asegura.
Amelia ha comenzado un camino difícil para muchas entrenadoras y jugadoras en Centroamérica que la ven como un ejemplo a seguir porque lucha cada día porque el fútbol femenino sea más valorado.
