"No estoy lesionado, soy un tenista que convive con una lesión. No es nada nuevo, pero lamentablemente, mi día a día es difícil". Así lo expresaba el propio Rafael Nadal hace apenas unos días, antes de volver a conquistar el Roland Garros.
Una lesión que tiene nombre y apellidos, Enfermedad de Müller-Weiss. Fue hace mucho tiempo, concretamente en 2004, cuando sufrió una fractura por sobrecarga en el pie izquierdo, que hizo que no pudiera participar en varios torneos. Ya al año siguiente volvió a sentir molestias en el mismo pie y se le diagnosticó esta dolencia, llamada también osteocondritis del escafoides, pues es una lesión que se produce en ese hueso concreto del pie, lo que le causa esos grandes dolores a los que se refiere el deportista.
El tenista, ejemplo de tesón y de fuerza de voluntad, va sobrellevando el problema gracias a unas plantillas especiales, infiltraciones en la zona afectada y sesiones especiales de fisioterapia, así como la toma de analgésicos para soportar el dolor. Pero Nadal es consciente de su situación: “Tengo el escafoides partido por la mitad, es un problema sin solución”. Pese a todo, el tenista mallorquín, considerado por muchos el mejor deportista español de todos los tiempos, sigue haciendo historia, engrandeciendo su leyenda.
Un problema degenerativo
Nos hemos planteado en qué consiste esta enfermedad, considerada rara, que afecta al tenista mallorquín. “La enfermedad de Müller-Weiss es degenerativa y es una displasia del escafoides tarsiano, una deformidad de uno de los huesos situados en el medio pie y que es esencial para la movilidad del mismo. Además, por sus síntomas, su forma de aparecer, la artrosis que suele cursar y que sólo es perceptible a través de radiología, suele ser difícil de diagnosticar hasta que está avanzada”, explica Pilar Nieto, presidenta del Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) Partimos, además, de que una de las particularidades de esta enfermedad, que como decíamos padece el tenista Rafa Nadal, es que se origina en la infancia pero no da síntomas hasta la edad adulta.
¿Cuáles son esos síntomas?
Entre estos destaca dolor agudo y crónico en la parte superior del pie y puede ir acompañado de dolor y/o artrosis en las rodillas. Nos aclaran, además, que es frecuente en deportistas de élite y más común en mujeres a partir de los 40 años.
“El escafoides es un hueso esencial en la biomecánica del pie y es el último que se osifica en nuestro desarrollo, lo que podemos decir que lo hace más vulnerable. Aunque son múltiples las causas que pueden generar la aparición de la Enfermedad de Müller-Weiss, coincide detectar que ha habido una anomalía en el desarrollo de este hueso (por deformaciones en los pies del niño, déficit nutricional o problemas endocrinos, entre otros) y que haya una mayor carga lateral en el pie, muy común cuando el dedo gordo es más corto”, ha explicado Pilar Nieto.
Cómo tratarla
Tal y como sucede en el caso del deportista, esta enfermedad suele ser tratada con el uso de plantillas personalizadas que ayuden a descargar los puntos de presión en el pie y corrijan la biomecánica del mismo y, en casos, más graves llegar a la cirugía.
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