Los Ángeles está de fiesta. Los Dodgers son los nuevos campeones de la Serie Mundial de la MLB luego de vencer en el sexto partido por 3-1 a Tampa Bay Rays y liquidar así la llave decisiva por cuatro partidos a dos.
Tuvieron que venir de atrás los angelinos para consagrarse como el mejor equipo del Clásico de Otoño. Es que los Rays arrancaron arriba en el marcador gracias al cuadrangular en la parte alta de la primera entrada de Randy Arozarena. El cubano llegó así a diez jonrones en una misma postemporada, la mayor cantidad en la historia.
Pero Tampa Bay cometió un error. Más precisamente su mánager, Kevin Cash, quien decidió sacar del partido al lanzador Blake Snell en la parte baja de la sexta entrada, cuando no había permitido ninguna carrera y había ponchado a nueve, con solo dos hits.
Ese fue el punto de inflexión para los Dodgers, que revivieron con la entrada de un nuevo lanzador. Primero anotó Barnes, tras un wild pitch del derecho Nick Anderson. Instantes más tarde, el que entró fue Mookie Betts, tras un hit de Cory Seager.
Así las cosas, en un abrir y cerrar de ojos, los angelinos habían dado vuelta las acciones. Ahora solo faltaba cumplir en defensa y la corona era suya. Pero hubo tiempo para una nueva carrera de Mookie Betts, la gran figura de la noche, tras conectar un estupendo cuadrangular que sentenció el partido.
En defensa, el mexicano Julio Urías cortó con las ilusiones de los Rays en las entradas finales, ponchó a todos los bateadores y le permitió a los Dodgers desatar la locura al final de la novena entrada.
Los Angeles Dodgers son los nuevos campeones de las Grandes Ligas, consiguiendo, de la mano de Dave Roberts, su séptima Serie Mundial y la primera desde 1988.
