Un estudio de un equipo de investigadores de la Universidad de Lisboa revela que cancelar las competiciones tuvo resultados "preocupantes" a nivel psicológico. Casi la mitad de los deportistas tienen trastornos del sueño.
El encierro impedía la práctica de deportes, tanto en el ámbito del entrenamiento como en la competición. Y, además del impacto económico de esta parada forzosa, los problemas de salud mental de los deportistas han empeorado. Más del 50% de los deportistas presentan niveles patológicos de estrés durante la interrupción de la práctica deportiva y más del 75% dice sentirse más infeliz que antes del parón.
Estas conclusiones forman parte del estudio académico "De la pasión al abismo: El impacto indirecto del Covid-19 en la salud psicológica de los deportistas", que involucró a más de 1400 deportistas de ocho modalidades colectivas, desde los niveles de entrenamiento hasta los niveles de competición.
Liliana Pitacho, profesora e investigadora de la Universidad de Lisboa, explicó que en el estudio solo se consideraron modalidades colectivas, ya que “estas tienen un componente social”,
Para Liliana Pitacho, “las conclusiones son preocupantes”. Y el indicador de felicidad es uno de ellos, ya que se trata de un factor protector, “claramente asociado a mayores niveles de resiliencia, que ante situaciones adversas pueden servir de 'amortiguador' de estos impactos negativos”.
Durante el período en que se interrumpieron los entrenamientos y las competiciones, “los deportistas también perdieron, además del contacto social, el contacto con los clubes”. Según el estudio académico, más de la mitad de los deportistas encuestados revelaron que no contaron con ningún apoyo del club, “ni siquiera contacto con elementos del club durante la interrupción”. Y solo el 13,3% de los deportistas afirmó que el club al que pertenecen ofrece apoyo psicológico.
Alteraciones del sueño y riesgos futuros
Más del 40% de los deportistas refirieron tener alteraciones del sueño, resultados que también se ven influidos, además del cese forzoso de los deportes, por los recortes salariales que se han apuntado en los últimos meses en los entrenadores
Tanto el estrés como las alteraciones del sueño "provocan caídas en los niveles de concentración del individuo", reducen su productividad y hacen que el deportista sea aún más susceptible a las lesiones. Según el equipo de investigadores, los cambios metabólicos provocados por la alteración del sueño también pueden provocar "fatiga y falta de energía, provocando una mayor ralentización de la recuperación física de los deportistas".
Sin medidas concretas, dijo Liliana Pitacho, los deportistas están en riesgo de ingresar a un ciclo: “Los deportistas están más ansiosos, hay mayores niveles de estrés, bajo rendimiento, aumentan las lesiones, no se logran resultados y esto provocará más el estrés y los ingresos volverán a bajar, y así sucesivamente " Para eso, en primer lugar, la docente e investigadora dijo que se debe hacer “un trabajo específico de relajación y concentración”, una responsabilidad que debe ser, no solo para los clubes, sino también para las federaciones y el Gobierno.
Los deportistas que participaron del estudio tienen entre 13 y 28 años y pertenecen a las modalidades de fútbol, fútbol sala, baloncesto, rugby, voleibol, balonmano, hockey y waterpolo. A pesar de la luz verde dada a los niveles de competencia para regresar, los niveles de entrenamiento aún no pueden competir y con entrenamiento limitado. Además, "el miedo a nuevas interrupciones está constantemente en el aire, por lo que no se espera que los niveles de estrés disminuyan significativamente en un período rápido, lo que podría poner a los atletas en competencia con una presión adicional a la competencia".
Artículo escrito por: Liliana Pitacho, investigadora de la Universidad de Lisboa