Ahmed Hafnaoui, nacido en Túnez, ganó la medalla de oro en los 400 metros libre de natación en los Juegos Olímpicos. Se trata del primer gran impacto de Tokio 2020.
Y será difícil que alguno lo supere. La enorme sorpresa de un nadador que no estaba en los planes de nadie, llegó acompañada de un lugar absolutamente inusual en la alberca, en el carril 8, el menos frecuente para llevarse un triunfo en este nivel.
En un deporte que es dominado ampliamente por los estadounidenses, los europeos y los australianos, el africano Hafnaoui, de 18 años conquistó una de las pruebas más importantes.
Tres años atrás, cuando apenas tenía 15, este chico había resultado apenas octavo en los Juegos Olímpicos de la Juventud realizados en Buenos Aires. Ahora se impuso entre los mayores, con un tiempo de 3m43s36/100. No estuvo cerca del récord mundial del alemán Paul Biedermann, de 3m40s7/100, pero el mérito del joven tunecino es inmenso.
Hafnaoui logró la quinta medalla dorada olímpica en la historia de Túnez, y fue escoltado por nadadores de dos potencias acuáticas, el australiano Jack McLoughlin (3m43s52/100) y el estadounidense Kieran Smith (3m43s94/100).
Con 3m45s68/100 en las etapas eliminatorias, el torpedo tunecino había hecho el tiempo más lento de todos los finalistas. Es por eso que fue ubicado en el último andarivel, el octavo. Aunque la construcción de piletas con paredes rompeolas mejoró muchísimo, suele decirse en la natación que los bordes son los lugares en los que el agua más se agita. Las dificultades para nadar allí son mayores. Por eso los mejores tiempos se ubican en el centro, en las calles 4 y 5.
Sin embargo este chico rompió con todos los pronósticos. Por superar a estrellas de la natación y por hacerlo desde un lugar en los que los triunfos son muy poco probables.
Hijo de Mohamed Hafnaoui, una leyenda del seleccionado de básquetbol tunecino, tenía como meta la gloria, desde hacía tiempo: siendo casi un niño, el oro ya era su aspiración. Hasta ahora, había conseguido plata y bronce en el Campeonato Africano y en los Juegos de la Juventud Africana, en 2018.
“No lo creo. Es increíble. ¡Soy campeón olímpico!”, dijo el joven. “Simplemente metí la cabeza en el agua y ya está. Es increíble, un sueño hecho realidad”, agregó.
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