La trayectoria de Julio César Chávez está llena de premios, récords y batallas que quedaron en el imaginario colectivo. No obstante, no todo fue ´color de rosa´, pues el ex deportista tuvo una infancia dura, incluso tuvo que dormir en un vagón de tren.
El César del Boxeo es originario de Ciudad Obregón, Sonora, pero su corazón es de Culiacán, Sinaloa. El ex pugilista se mudó prontamente al estado costero, pero no fue por decisión propia, sino por necesidad.
Tal y como contó Chávez en una entrevista con Jordi Rosado, su padre era ferrocarrilero y por una huelga se tuvo que mudar a Sinaloa, aproximadamente a los cuatro años de edad. Desde ese momento, el boxeador se identifica como ´culichi´.
Julio César Chávez contó que su infancia fue complicada, pues tenía 11 hermanos y los recursos no alcanzaban. «No nos estábamos muriendo de hambre, pero había mucha necesidad».
En cuanto a su vivienda, declaró que sólo eran dos cuartos para toda la familia. “Vivíamos en un vagón de tren. Éramos 11 hermanos y me dolía ver trabajar tan duro a mi madre. Era dura la vida allí. Tuve un padre que tomaba. Nunca nos pegó pero tenía una tomada muy mala. Imagínate ver a tu mama planchar y lavar ajeno todo el día. Entonces yo le decía: “Madre, la voy a sacar de lavar y planchar”. Y ella se sonreía y me rascaba la cabeza: “Ay hijo, ¿cuándo vas a ser campeón del mundo?”., me preguntaba. Al final, me fui de mi casa y le prometí que no iba a volver hasta que fuera campeón del mundo y pudiera comprarle su casa. Todo el dinero que me pagaban por las peleas, se lo iba enviando a ella. Y al final, luego de dos años de hacerme profesional, pude comprarle la casa”.
No quería ser boxeador
Por otro lado, JC aceptó que no quería ser boxeador desde un inicio, ya que sus hermanos mayores también lo eran y no le gustaba verlos regresar golpeados. Chávez incluso dijo que pensaba más en ser futbolista o beisbolista.
En sus primeras ´peleas´, Julio César Chávez ganó un centavo; el boxeador retirado recordó que la mayor cantidad que ganó en el cuadrilátero fueron 10 millones de dólares.
El destacado boxeador, rememoró que de niño le prometió a su madre que le ayudaría a sacarla de la pobreza cuando fuera campeón mundial. Tras varios años de carrera, lo logró y cumplió su cometido. Según Chávez, él no regresó a Culiacán sin antes construir la casa de su madre.