El Real Madrid no pudo ante el Athletic Bilbao y terminó empatando 1-1 en su visita a San Mamés, por la cuarta fecha de la Liga de España. El tico Keylor Navas nuevamente fue al banquillo y el belga Thibaut Courtois tuvo su segundo encuentro bajo palos del arco merengue.
Iker Muniain adelantó a los locales tras una gran jugada de Williams por derecha. Sin embargo, Isco quien vino desde la suplencia consiguió el 1-1 definitivo con un certero cabezazo.
La escuadra del tico cede terreno en la lucha por el liderato. Marchan segundos con 10 puntos, dos menos que el líder Barcelona que venció 1-2 a la Real Sociedad.
Ahora el Real Madrid empezará el miércoles la defensa del tricampeonato en Champions recibiendo a la Roma de Italia. Mientras que el próximo sábado enfrentarán al Espanyol de Óscar Duarte.
LAS ACCIONES
El Madrid de Lopetegui intentó brillar en Bilbao, pero San Mamés vibró cómo lo hacía la vieja Catedral con el equipo de Marcelo Bielsa, con la entrega, la intensidad y los ataques masivos, multitudinarios, en tromba.
Lopetegui le dio continuidad a Ceballos, titular en un campo y un partido duros, al lado de Kroos en el medio centro, con más libertad que el alemán para construir, con Modric claramente por delante de ellos, en la media punta. El internacional español, sobrepasado por el ritmo del partido, perdió el protagonismo que tuvo en los primeros minutos conforme avanzaba el partido. En el descanso, Lopetegui se redimió de su alineación inicial e introdujo músculo en el centro del campo. Ceballos se quedó en el vestuario y entró Casemiro.
Los dos empezaron valientes, presionando la salida rival y siendo verticales en ataque, más productivo el Athletic, con el trabajo de Raúl García entre líneas y los constantes desmarques de Williams, al que solo la falta de definición le mantiene un escalón por debajo del nivel que se espera de él.
En medio de un partido de mucha intensidad, velocidad y presión, el Madrid encontró buenas fases de dominio tocando la pelota, pero el Athletic disfrutó de las mejores ocasiones. La primera del Madrid llegó a la media hora y la tuvo Asensio, con un tiro a la escuadra larga, gracias a una de las incursiones de Ramos en ataque, que encontró un desajuste en el sistema defensivo de Berizzo, casi inmaculado hasta ese momento.
Casi en la jugada siguiente, Susaeta encontró a De Marcos con un pase sutil y profundo, mientras la línea del Madrid seguía el enésimo desmarque de Williams. Tras el centro que dejó vendido a Courtois, Muniain cristalizó en un gol trabado, a trompicones, la ambición del Athletic.
Sin hacer un mal partido, el Real Madrid fue inferior al Athletic, que consiguió reducir al mínimo la aportación de Bale y Benzema, permanentemente presionados, sin peso en el juego. Ya con Casemiro en el campo, el Real Madrid perdió fluidez en la circulación de balón, pero ganó en control ante un Athletic cada vez más cansado, que perdió por lesión a Muniain, el que había sido su estilete.
Después del siguiente movimiento de Lopetegui, Isco por Modric, el empate llegó casi de forma instantánea, con un remate de cabeza en área pequeña del malagueño, con un movimiento entre los centrales a un centro de Bale.
Con Asensio apareciendo cada vez más, Lopetegui quitó del campo a Bale para dar entrada a Lucas Vázquez. Al mismo tiempo, Berizzo sustituyó a su delantero por un medio centro. El choque pudo haber caído de cualquier lado en esos minutos.
El Athletic no le perdió la cara al partido, lo intentó hasta el final, casi extasiado, pero el partido estaba cada vez más roto, los espacios y las ocasiones hicieron acto de aparición y, por momentos, parecía que el campo se volcaba hacia la portería de Unai Simón.
El juego terminó siendo bronco, con fallos, imprecisiones y contragolpes. El Real Madrid pudo ganar el partido, generó ocasiones para ello, pero el empate le hizo justicia a un Athletic que fue mejor en la primera parte y mantuvo sus opciones en ataque hasta el final.