Resurgimiento de Keylor ahora es problema para el Madrid
Cuando llega el momento culminante de la temporada para Real Madrid y el portero costarricense Keylor Navas, su rendimiento visiblemente ha mejorado y la prensa española se lo reconoce. Los medios vuelven a elogiarlo y se ocupan de grandes detalles como el conocido diario El Páis al afirmar que rechazó ayuda psicológica y se acogió a su gran fe en Jesucristo tantas veces dicha por él para salir del bache.
A veces, cuando les marcan goles, de los porteros se dice que se hacen invisibles. Dando la vuelta al argumento, de Keylor Navas bien puede decirse que se está haciendo visible en el tramo final de campaña. Tras un segmento central de la temporada nadando en un mar de dudas y con la sombra de un nuevo inquilino en la portería (el debate De Gea-Courtois) cerniéndose sobre él, el costarricense está apuntalando la portería del Real Madrid en los últimos partidos.
Los dos Clásicos marcaron sendos puntos de inflexión. Tras un gran primer partido de temporada contra el Dortmund, sus registros (sólo salpicados por una notable actuación contra Osasuna en febrero) comenzaron a caer muy por debajo de su rendimiento en las dos temporadas precedentes. El partido de Varsovia y el del Camp Nou fortalecieron una impresión que acabó calando. Y con razón: analizando series de cinco partidos, en aquel momento su porcentaje de paradas llegó a caer por debajo del 60%.
Al Clásico del Bernabéu llegó en un nuevo bache (otra vez por debajo del 60% de paradas), pero los rivales han contribuido desde entonces a sacar brillo a las actuaciones de Keylor. Su porcentaje de acierto ha mejorado, pero aún hay una estadística mucho más reveladora: está recibiendo más disparos desde dentro del área y además mejorando su porcentaje de paradas en ese apartado. Lo que decíamos antes de que se ha hecho visible: el último Clásico, la vuelta de semifnales de Champions y el partido contra el Sevilla han sido tres de los cinco encuentros de esta temporada (junto al de Dortmund y Osasuna en El Sadar) en los que más trabajo ha tenido y, al mismo tiempo, en los que más expeditivo ha estado.
En los últimos cinco partidos (desde el Clásico), Keylor promedia un 72% de paradas, lejos del 80% que rondó en la pasada campaña, pero mejorando el 68% que lleva en el conjunto de la temporada. Su asignatura pendiente sigue siendo dejar la portería del Real Madrid a cero. Sólo lo ha logrado 6 veces en todo el curso (38 partidos), cuando el anterior no encajó gol en la mitad de los partidos (22 de 45).
Navas rechazó psicólogo y se aferró a su fe
Puro Keylor. El gran momento de forma que el portero del Real Madrid ha recuperado en la recta final de temporada no guarda ningún secreto más que el propio carácter del costarricense. El País publica hoy el guardameta rechazó la ayuda de un psicólogo para superar el bache deportivo y anímico en el que se ha visto durante gran parte de la temporada.
En su lugar, Keylor se aferró a los valores personales de los que ha hecho gala durante toda su carrera. Navas se refugió en su familia, se encomendó a su fe —es común verle agradeciendo sus éxitos a Dios en las redes sociales— y encontró en el propio vestuario blanco el mejor terapeuta para volver al máximo nivel: el trabajo duro junto a Lluis Llopis, entrenador de porteros del Real Madrid.
Según el conocido diario: Keylor Navas ha vuelto a levantar las barricadas.Providencial el pasado miércoles contra el Atlético, lo volvió a ser el domingo contra el Sevilla, en esos 15 minutos en los que los de Sampaoli pusieron contra las cuerdas al Real Madrid con Jovetic, Correa y compañía. El portero de Costa Rica, que ha vivido en el alambre durante casi toda la temporada, parece haber dejado atrás las inseguridades y los fallos. En el tramo decisivo de la temporada, con el Madrid jugándose la Liga y la Champions a todo o nada, ha recuperado los reflejos y la colocación que había perdido.
La inseguridad, lamentaba, no era sólo física —se operó en junio del tendón de Aquiles, no pudo hacer la pretemporada y empezó más tarde que el resto de sus compañeros—, sino también mental. Le costaba medir los espacios antes de coger el balón y colocarse y le faltaba atrevimiento a la hora de tomar decisiones. En los momentos más complicados de la temporada llegaron incluso a sugerirle que buscara ayuda (psicológica) externa, pero prefirió tirar de su entorno. Se agarró a la fe, a su familia, se enrocó en sí mismo y se pegó a Lluis Llopis, el preparador de porteros del Madrid, para trabajar más.
Hace no mucho celebraba Navas lo bien que se encuentra ahora físicamente comparado con los últimos dos meses de competición (abril-mayo) de la temporada pasada, en los que se sometía a infiltraciones de corticoides para aguantar el dolor en el tendón del pie izquierdo.
La operación a la que se sometió en junio le hizo perderse toda la pretemporada (Navas regresó a finales de septiembre). Mientras sus compañeros empezaban la puesta a punto en Canadá a las órdenes de Antonio Pintus, el guardameta vivía encerrado en la sala de camillas de los fisioterapeutas. Terminó arrastrando esa falta de preparación durante toda la temporada. Partió desde una curva muy baja de su rendimiento, no se entrenaba como quería, regresó con molestias y con la ansiedad de querer estar. Intentó correr a la misma velocidad que si hubiera estado entrenándose desde el primer día en Montreal, pero fue imposible.
Así arrancó la liguilla de Champions: conviviendo con las dudas del resto y la confianza de los suyos. Además del apoyo de Llopis, en el vestuario Navas contó con el de Sergio Ramos, Marcelo y Luka Modric, y también con el de Zidane. El técnico le ha defendido públicamente una y otra vez. “Keylor siempre ha sido fundamental y lo será de aquí a final de temporada”, dijo el domingo tras destacar la actuación del guardameta contra el Sevilla. “En esos 15 minutos en los que hemos sufrido, ha impedido que nos marcaran”. Contra el Sevilla, en la primera vuelta, Navas cometió uno de esos errores de colocación del que se aprovechó Jovetic para marcar el 2-1 y poner fin a la racha de 40 partidos invicto del Madrid. “Si hicimos 40 partidos sin perder era por algo y si no me equivoco Keylor estaba de portero”, le defendió Zidane.
Fuera de sitio también le pilló Insigne en la ida de los octavos de Champions contra el Nápoles, y también Boateng el día que Las Palmas visitó el Bernabéu. Contra el Betis derribó fuera del área a Brasanac cuando trataba de despejar el balón y el árbitro le perdonó la roja, y en la segunda parte no agarró un disparo sin peligro de Sanabria que acabó metiéndose él mismo en la portería.
Autocrítica
Ese mismo día tuvo una intervención espectacular al final del partido. Sergio Ramos le dedicó el gol y Navas, al salir de la ducha, comunicó a uno de los responsables de prensa que quería salir en zona mixta. El guardameta ha hecho autocritica siempre que ha tenido errores. También la hizo en Dortmund, en su estreno en Champions, cuando reconoció que no había visto salir el balón y que el gol del Borussia había sido culpa suya y que trabajaría para mejorar.
Esa autocrítica y la capacidad que tiene para no venirse abajo son las características que más destacan de él en Valdebebas. Dicen que él lo vive como una “misión” y que en eso y en la religión reside su fuerza interior. Mae, así es como le llaman en el vestuario [palabra que se usa en Costa Rica y que sería como hermano o tío], no quiere ser menos que sus compañeros que han llegado al tramo decisivo de la temporada en su mejor momento.
Resurgimiento de Keylor ahora es problema para el Madrid
Según el diario Sport de Barcelona, lo que es bueno a veces puede convertirse en problema. Paradojas del fútbol: la soberbia actuación de Keylor Navas en este tramo final de Liga, en el que ha salvado milagrosamente unos cuantos puntos, ha creado un problema insesperado en el Real Madrid. Como se ha ido informando, Florentino Pérez suspira desde hace meses por De Gea, el portero internacional español del Mancester United a quien ya intentó fichar infructuosamente hace dos temporadas, cuando el fax que debía confirmar su traspaso llegó un minuto tarde al cierre del mercado de fichajes.
Keylor ya tenía entonces preparadas las maletas para irse, y de Gea para fichar por el Madrid, pero la operación se truncó literalmente en el último minuto.
Esta vez, parece que se repite la historia, y que, ahora sí, De Gea está destinado a ser definitivamente el portero titular del Real Madrid la próxima temporada. Sin embargo, el destino tenía reservado otro giro inesperado. Cuando ya parecía que el destino de Keylos estaba fuera del club blanco, el arquero costarricense ha cuajado sus mejores actuaciones y se levantan las primeras voces dentro del club madridista que se cuestionan si es sensato ahora prescindir de sus servicios o enviarlo al banquillo.
Vistas las cifras astronómicas de la operación De Gea (cobraría más de 10 millones de euros al año), que podrían desestabilizar al vestuario blanco, en la entidad blanca ya hay quien prefiere quedarse con Keylor, ahorrarse una ficha peligrosa y de paso muchos problemas. En cualquier caso, como siempre, la última palabra la tiene Florentino.